LOS ALPES

En días anteriores entramos en el cantón de Friburgo para ver Gruyeres. Luego en el cantón de Berna y la atractiva región del Oberland Bernés, para recorrer lugares tales como Thun, Brienz y Meiringen. Hoy la jornada sería muy completa de nuevo, apareciendo en el cantón del Valais para admirar los Alpes en un espectáculo sensacional de picos verticales.

Días antes estábamos muy seguros del tiempo, incluso enviamos un correo electrónico a información en Zermatt para conocer al momento la meteorología y dispusimos de una web muy interesante del tiempo en el país.

Desde prácticamente el corazón de Suiza, había que ir dirección a Italia y hacia el sur para admirar seguramente el punto más conocido del país, el pico Matterhorn o Cervino. Siempre tan especial, conocido y majestuoso.

Está la versión larga y barata o la versión corta y cara para alcanzar esta parte del país. Recomiendo la segunda dado que el paisaje que vamos a obtener durante todo el trayecto es puro y único al ir subiendo en altitud por momentos.

Esta montaña ha sido lugar fatídico y mortal para muchos alpinistas y también imagen representativa del chocolate «toblerone» y de un montón de productos suizos más. Toda una institución.

Para alcanzar tal lugar, hay que ir a Kandersteg y subir el coche en un tren que cruza la montaña hasta Goppenstein, a un precio de unos 55 € ida y vuelta. Esta aventura ya la conocíamos de la experiencia en Eslovenia al cruzar la montaña por el Parque Nacional Triglav.

El siguiente objetivo es Tasch, última población para acceder a Zermatt a través de un tren, ya que, el paso de vehículos a motor está prohibido en este valle. Quieren darle un carácter más impenetrable al lugar y evidentemente por preservar también el medio ambiente, algo a día de hoy básico.

Entre una cosa y otra el trayecto desde Thun a Zermatt es de aproximadamente dos horas y media para hacer tan sólo 110 km.

Ya en Zermatt, obtenemos una apreciada localidad con todo tipo de servicios tanto en verano como en invierno, en definitiva, todo el año. Es una población que está ubicada en un lugar privilegiado bajo el mítico pico y con casas de madera. Una verdadera maravilla recorrer la calle principal y perderse un poco por las aledañas.

El problema está en que excursión realizar y que precio queremos gastar en el valle. Nosotros teníamos la idea clara desde hace muchos años y mediante el cremallera accederíamos a la estación de Gornergrat, a 3.089 metros de altura sin opción de negociación. Dos personas son 196 (CHF) francos suizos ida y vuelta. Es más caro subir a este mirador que ir a Suiza en avión toda la familia con carrito de bebé, asiento de bebé para el coche y maleta facturada. Increíble pero cierto.

En media hora de subida estaremos en la estación rodeados de todo tipo de gente de países de todo el mundo. El cremallera va parando en diferentes estaciones para hacer senderismo, esquí, alojarse en hoteles o comer en restaurantes.

En esta época del año es imposible caminar porque hay nieve virgen de tres metros de alto en algunos puntos. Por tanto, la típica imagen del Cervino (4.478 m) reflejado en el lago Riffelsee, es imposible obtenerla. El lago está cubierto de nieve.

El pico siempre se va a ver en el lado derecho del medio de transporte y por suerte el sol hizo acto de presencia prácticamente en su totalidad.

Decidimos subir un poco más, por encima de la estación donde está el restaurante para acceder al mirador a la altura de 3.136 metros y divisar una panorámica de 360º con picos por encima de los 4.000 metros.

Como montañas más destacadas están el Monte Rosa, el Liskamm, el Castor y Polux y el Dent Blanche, entre tantas más. Se pueden apreciar también glaciares aunque están todos cubiertos por la nieve. Nuestro bebé disfrutó como pequeño y los mayores más de lo mismo en una excursión cara pero bien pagada.

Ya de regreso, por el mismo camino y por recomendación, intentamos parar en el lago Blausee para dar una pequeña vuelta. Está cerca de Kandersteg, aunque estaba prohibida la entrada ese día por motivo de una boda. En el lago hay un hotel con restaurante y quien paga manda, y en este caso los invitados y coches con que llegaban aparentaban buenos ingresos de dinero. Nuestro gozo en un pozo.

Sin que cundiera el pánico o la decepción, decidimos acercarnos a otra bonita población a orillas del lago de Thun. En este caso hablamos de Spiez, con un castillo y un pequeño puerto, bien abrigada y protegida por el monte Niessen, de forma piramidal.

Aquí la vida de nuevo parece sencilla y calmada con buenas instalaciones deportivas, terrazas para tomar cualquier bebida, parques infantiles bien adaptados y en definitiva un buen espacio para pasar la tarde restante antes de volver de nuevo al alojamiento.

Así es Suiza, con muchas posibilidades viajeras aptas para todos los bolsillos y deseos. En nuestro caso el protagonista principal del viaje ha sido el Cervino o Matterhorn, pero ese valle y cualquier otro está repleto de alternativas.

Uebeschi -> Kandersteg -> 40 km

Kandersteg – Goppenstein (tren)

Goppenstein -> Tasch -> 50 km

Tasch – Zermatt (tren)

Kandersteg -> Spiez -> 26 km