La entrada a Inglaterra a finales de agosto desde el puerto de Calais (FRA) hasta Dover (ING) es pesada, los controles fronterizos para sellar el pasaporte por parte de los funcionarios más el enorme volumen de vehículos, supone muchas horas de cola. Aún así es la opción más barata en agosto y el trayecto es de una hora y media.

Llegar de noche, en plena oscuridad a Dover y conducir por la izquierda parece una odisea, es un poco difícil así de buenas a primeras y cuesta acostumbrarse y requiere de mucha concentración. Como es tarde y estamos algo cansados, pernoctamos un una zona del puerto para el día siguiente empezar la ruta con más energías camino de Gales, en busca de la capital. Ya con luz todo parece más sencillo.

365 kilómetros y cuatro horas de viaje hay que invertir para entrar en los dominios de Cymru, tal como es conocido en idioma local el país de Gales. Un dato importante y que es un excelente servicio en las carreteras del Reino Unido, sobretodo en Inglaterra, son las áreas de descanso. Espacios con todo tipo de cadenas de comida de renombre y de bebida también de fama, supermercados, máquinas de recreo y hasta un stop&go para comprar café sin bajarte del vehículo como ofrece la cadena «costa». Me parece realmente un avance. Si sumamos que en todo el Reino Unido, a excepción de alguna gran infraestructura a modo de puente o túnel, no hay peajes, es un gran ahorro. Lástima que el precio de la gasolina es mucho más caro que en Francia o España.  También hay que añadir que la vida en el Reino Unido es muy cara, un simple café está cerca de las tres libras… de ahí, en adelante.


El viaje a Gales tiene inicio en España y llega hasta la región de Normandia en Francia. Puedes seguir el inicio del viaje, las aventuras y peripecias desde aquí.

NORMANDÍA (FRANCIA)

CARDIFF

Entrar en muchas capitales con vehículo tipo auto caravanas es algo complicado, la experiencia en el futuro en Edimburgo (ESC) es del todo una pesadilla, es la peor ciudad de Europa para llegar por carretera. Pocos lugares para aparcar en pleno centro, escasas instalaciones a modo de camping o áreas para este tipo de vehículo, etc…

En nuestro caso, tenemos la ventaja del tamaño de la furgoneta, cinco metros de largo y dos de alto que es bastante cómodo en general, incluso permite en mucho casos aparcar en recintos subterráneos, una gran ventaja.

Cardiff dispone de un genial camping en pleno centro turístico para simplemente olvidarte de todos estos problemas de aparcamiento y disfrutar de la ciudad. Está al lado del espléndido Bute Park, un parque extenso con césped impecable para hacer cualquier tipo de deporte o actividad y mucho más cuando el sol hace acto de presencia. Bravo por tal disponibilidad.

Al plantear el viaje de vacaciones en Escocia, que mejor manera de conocer un nuevo país que posiblemente nunca sería descubierto como viaje único camino del destino principal. Gales es un gran desconocido, olvidado por los hermanos mayores que colapsan el tráfico de turistas. Cardiff es relativamente pequeña y fácil de visitar, una ciudad perfecta como punto de entrada para seguir rumbo por cualquier parte del país.

El principal punto de interés de Cardiff es el castillo, claramente los castillos forman parte de la silueta de Gales, y la capital no puede quedar desplazada. Tanto el castillo que está situado sobre una pequeña colina como el recinto en general, fue escenario de grandes batalla y fundado por los Normandos (vikingos) en el año 1091 sobre un fortín romano. La entrada a las entrañas del castillo es de pago pero quizás con el exterior es más que suficiente y con la primera toma de contacto con el dragón rojo de Gales (Ddraig Goch en galés), uno de los símbolos del país y que aparece en la misma bandera.

Seguimos la marcha por el centro principal de Cardiff entre calles estrechas y grandes avenidas comerciales con la idea de bajar hasta la bahía de Cardiff, que en cierto modo debe convertirse en el epicentro turístico de la ciudad porque es la mejor zona y donde conviven los edificios más notables. El centro milenio de Gales, el parlamento (The Senedd) o el edificio del Pierhead son los elementos más destacados de la bahía.

Caminar hasta la bahía de Cardiff contiene un esfuerzo, son más de tres kilómetros de ida. De todas formas merece mucho la pena por la situación geográfica, los edificios citados y porque hay un excelente parque de atracciones para los más pequeños a precios normales, competitivos, para el divertimento del personal.

De vuelta al centro principal y al complejo del camping, pasamos por el estadio principal de la ciudad como es el Millennium Stadium, por motivos de patrocinio llamada Principality Stadium, pegado al río Taff que recorre la ciudad y visible desde cualquier punto prácticamente del centro a modo de gran orientador. Aquí, por ejemplo, el Real Madrid conquistó otra copa de Europa en el año 2017. También tuvimos tiempo suficiente para una ronda de compras en un centro comercial.

En la globalidad, pasamos una gran tarde en la bahía de Cardiff y es que  junto al castillo, es un punto primordial por dónde pasar las horas conociendo la capital de un país desconocido para la gran mayoría de viajeros. Un gran ambiente y bastante tranquilidad en general, no parece un mal sitio para vivir.