BRUSELAS

Antes de entrar en la autopista, al ir en autocar con guía, contemplamos sitios interesantes de Bruselas como el museo del cómic, con la figura de Gaston Lagaffe (el gafe) en el exterior del recinto.

Pasamos también por el barrio de Molenbeek, triste lugar por los atentados terroristas de Bruselas. Un barrio magrebí que siempre hay que darle una buena oportunidad y no generalizar con todo el mundo. Parece ser que el pescado tiene mucha fama en los restaurantes de tal barrio.

Como dato curioso, pasamos por delante de la basílica del Sagrado Corazón. Un edificio majestuoso con cúpula verde, y que para financiarse tienen alquiladas salas a varias radios, a una entidad de buceo y realizan cenas y cabarets. En Bélgica no hay subvenciones a la iglesia, y bueno, uno siempre puede pecar y luego confesarse en el mismo sitio.

BRUJAS 

Brujas es la ciudad más aclamada de Bélgica. A menos de quince kilómetros del mar del Norte, aparece este perfecto núcleo medieval. El nombre de «Brujas», viene debido a que la iglesia, consideró a unas beatas herejes y fueron quemadas en una hoguera como brujas. Así funcionaba la iglesia para no perder poder.

Aparecimos en esta ciudad de Flandes con un tour consistente en traslado en autocar más una visita guiada, que total, sale mejor de precio y más cómodo que el tren.

Sinceramente la ciudad es como salida de una postal. Encantadora. Con ver la plaza del Burg, el Grote markt y el muelle de Coronas de rosas, quizás el punto más representativo de la ciudad, es más que suficiente. Hay carruajes de caballos para arriba y para abajo por toda la ciudad, y con buen tiempo, embarcaciones para navegar por los canales. Hay largas colas para tener derecho a un paseo por las aguas.

De todas maneras, con todo el día por delante, es necesario dedicar tiempo libre bastante para recorrer todo el patrimonio de la ciudad. Partiendo de la estación de trenes, un buen lugar donde comprar algo para desayunar, empezaremos por el lago del Amor o Minnewater para adentrarnos en el Beaterio, que conociendo su historia, es donde nace el nombre de la ciudad de Brujas.

Igual que en otras partes del país, la cerveza es prioritaria en Brujas y durante el camino, hay alguna que otra fábrica de cerveza local para visitar y apreciar esta bebida. El camino continua por la calle más estrecha, la conocida como Stoofstraat. Antiguamente lugar de reunión de hombres de negocios con visitas espontáneas de mujeres ligeras.

En Brujas está el hospital más antiguo del mundo, el de San Juan y Patio, entramos al interior para la visita del día incluyendo el laboratorio pero no merece la pena, con sinceridad y a nuestro entender.

Detrás de la iglesia de Nuestra Señora de Brujas, hay una especie de pequeño espacio verde con un bonito canal y puente. Aquí están las casas más antiguas de toda la ciudad, y es un punto donde en la antigüedad, había que pagar un peaje para entrar y salir de la ciudad. Arriba en el palacio de Gruuthuse, hay una pequeña ventana donde estaba un arquero preparado por si no se pagaba la cantidad exacta de monedas.

En toda Bélgica es sorprendente la cantidad de españoles y de americanos latinos, argentinos sobre todo, visitando Europa. España ha tenido influencia en Bélgica, y en todas las ciudades, hay edificios destacados con simbología española. Es normal encontrar mexicanos, peruanos o gente de otros países latinos realizando el típico tour por el viejo continente de tres o cuatro semanas.

A partir de aquí seguramente aparece la parte más monumental, más destacada y potente de Brujas. Por la calle Dijver donde sigue el canal su curso, aparece el hotel más caro, la casa de España con una bonita terraza y en el interior hay como un bar con cervezas nacionales y su correspondiente vaso, curioso. Aquí delante de la terraza está el muelle de Coronas de Rosas, con vistas al campanario del Grote Markt, una fotografía excelente si no hay grúas de por medio.

Después de pasar por la plaza de los Curtidores y Pescadores, muy interesante por cierto, es donde aparece la brutal plaza Burg con el palacio de Justicia y el ayuntamiento, en un edificio sensacional con esculturas en el exterior muy conocidas. Una plaza abierta de gran belleza como centro administrativo de la ciudad.

Después aparece el Grote markt (plaza del Mercado) y patrimonio de la humanidad, comparable por lo menos a la grand Place de Bruselas. La de brujas es diferente, hasta más grande. Es complicado averiguar cual es más distinguida, de todas maneras sólo queda admirarla. Las casas gremiales y la torre del Campanario o Belfort de 83 metros de altura, son los puntos más destacados.

En esta plaza hay muchos lugares en los que fijarse con anécdotas, como por ejemplo, los dos puestos de patatas fritas que comentan que llevan ahí desde la Segunda Guerra Mundial. No me imagino a un nazi comprando patatas fritas de patrulla. Hay como una especie de museo al que se puede acceder y salir a la terraza gratuitamente para ver la plaza desde un poco más alto.

Paseamos tranquilamente por detrás del Grote markt, una zona más tranquila con rincones estupendos donde dicen que es un punto donde pedir matrimonio a la pareja.

La visita a Brujas debe ser tranquila, relajada y sosegada, ver esta ciudad y Gante en un día, puede resultar agotador y poco productivo. Muchas empresas de viajes ofrecen visitar ambas ciudades en una jornada y es una verdadera locura.

A TENER EN CUENTA

Con todo esto el viaje a Bélgica se acaba. Quedan por comentar algunos aspectos importantes. En una calle sin salida de Bruselas, por detrás de la grand Place, está la Janneken pis, la mujer meona familiar del gran Manneken pis bien protegida entre barrotes. En frente está el famoso bar Delirium, con el símbolo del elefante rosa con una carta de unas 3.200 cervezas, es el pub más conocido donde tomar cualquier tipo de cerveza. Frente al mismo, hay otro lugar para bebedores profesionales y que en el momento del viaje, tiene a un americano para beber todas las cervezas para establecer un récord. Un millonario, evidentemente.

Hay una cerveza famosa llamada trapense o trapista, realizada por monjes en monasterios con un sabor diferente, excepcional y que existen únicamente once productores en el mundo. En Bélgica es donde más hay, concretamente hasta seis. Siempre es tradición tomar la cerveza en el vaso de la marca, es pecado tomar una cerveza en un vaso que no es el oficial de la bebida.

Un genocidio aunque poco conocido y estudiado fue el de Leopoldo II, el segundo rey del país. Para construir el palacio de Justicia, el palacio Real y la basílica del Sagrado Corazón, utilizaron mano de obra de congoleños y fueron asesinados millones de personas. Tristemente no es un episodio muy llamativo ni tan famoso como otros, aunque existió. Leopoldo II fue dueño del país del Congo y de ahí esa utilización de mano esclava obligada, castigando la desobediencia con la amputación de una mano tanto en el Congo como en Bélgica. Un congoleño nunca visitará tales construcciones, por cierto impresionantes.

El último tema importante a tratar es el cómic. Se puede comprar una guía en la oficina de turismo para seguir la ruta completa para ver los murales más significativos o todos. Pasear por la ciudad contemplando estos dibujos con un significado concreto, pues mantiene la mente alerta y es entretenido.

¡Buen viaje!