CENTRO DE ÁMSTERDAM

El día amaneció gris y empezamos el camino por la plaza Spui. Una plaza triangular, punto de reunión de intelectuales y donde está el Begijnhof. Hay un blasón que indica por donde se entra y el nombre de Begijnhof en idioma local. Un remanso de paz. Propone un jardín rodeado de casas antiguas junto con una iglesia medieval. Además, en el número 34, está la casa más antigua de la ciudad y fabricada en madera.

De nuevo aparecimos por la calle Kalverstraat, famosa por sus tiendas y que conecta con la plaza más importante de la ciudad, la plaza Dam. Podemos decir que esta plaza es el corazón de la ciudad por su animación y por varios monumentos importantes que la forman. El palacio Real (Koninklijk Paleis), la iglesia Nueva (Nieuwe Kerk) y un obelisco de cemento con unas raras figuras al lado más dos leones de piedra. Otra interesante calle comercial cercana es Nieuwezijds.

En la estación central es donde convergen todas las líneas de autobuses que viajan a las tierras altas. Cerca también está la sede de la orquesta filarmónica de Ámsterdam.

I amsterdam

EDAM, VOLENDAM Y MARKEN

Hay numerosas combinaciones de viaje y todo está muy bien indicado para llegar a la planta de autobuses. La compañía que gestiona los viajes es Arriva. Waterland es un territorio próximo a la capital que mantiene una serie de pueblos con un encanto especial por sus típicas construcciones y cercanía al mar. Mezcla genial de agua y tierra de excepcional belleza en un espacio prácticamente plano. Es característico porque es terreno que se ha ganado al mar. La única pena es que el día fue lluvioso y nuboso, perdiendo cierto encanto la excursión, aunque a pesar de todo, es una visita más que recomendable.

Edam es la primera parada y pueblo más lejano. Es famoso por su producción de queso de bola. El pueblo estaba solitario y destaca pues la plaza Edamplein, la iglesia Grote Kerk y algún canal. Es el típico sitio para pasear observando cualquier pequeño rincón o detalle.

La siguiente parada era Volendam, que parecía estar algo más animada, no parecía tan cementerio. Aquí la oferta de restaurantes es muy amplia. Interesante es pasear por la calle paralela al mar donde está el puerto y numerosas tiendas y comercios que dan mucha vistosidad. El pueblo también tiene la iglesia Vicentiuskerk.

A lo lejos se veía tímidamente Marken, a pesar del día tan torcido. Nos hubiera gustado coger el ferry para ir a Marken y así ganar tiempo y de paso utilizar otro medio de transporte pero no estaba disponible. Una verdadera lástima.

Y ya para finalizar aparecimos en Marken. El pueblo se visita rápido y a destacar su iglesia, sus casas, sus canales y su pequeño puerto. No había nadie por la calle.

Mi pequeña reflexión es que con tiempo suficiente no está de más visitar estos tres pueblos para observar sus casas de madera con jardín. Incluso para empaparse de la manera de vivir de esta gente en un oasis de tranquilidad, sosiego y calma. Eso es evidente. Si la visita a Ámsterdam es corta, me lo ahorraría. Para visitar todo invertimos un tiempo aproximado de siete horas a ritmo normal. Hay que partir de la base que los traslados en autobus son bastante pesados y hay que hacer varios cambios de línea.