AREZZO

Hay que recordar que todo el viaje por Italia, en una visita mayormente cultural, consistía en jornadas repletas de intensos paseos. Después de más de diez días a ritmo elevado, era normal dedicar un día con un poco más de calma y así recobrar fuerzas y energías.

Por el este de la región de la Toscana, aparecen dos interesantes y conocidos pueblos que deben estar presentes en cualquier ruta. Primeramente hay que citar a la gran ciudad de Arezzo, que incluso es capital de provincia. Tiene muchos encantos que por supuesto no hay que obviar.

Empezamos la visita por la iglesia de San Francesco, donde hay que admirar los famosos frescos de Piero della Francesca. Son de los más famosos de Italia y desde lejos se ven bastante bien. Por poco dinero existe la opción de acercarse y presenciarlos más de cerca.

De aquí tiramos hacia la plaza Grande, famosa porque se rodó una escena de la película “La vida es bella”, del actor reputado italiano Roberto Benigni. Todo el mundo conoce esta genial película. Hay más lugares en Arezzo donde se rodaron escenas de esta película y en todos hay un letrero del film donde se comenta la escena al completo. Una plaza preciosa con palacios medievales, atestada de niños jugando y con un mercado de antigüedades muy interesante de visitar. El mejor lugar sin discusiones de todo Arezzo.

Para continuar con el recorrido, hay que mencionar la iglesia de Santa María con una fachada deslumbrante y un interior bastante oscuro. La matinal acabaría en la catedral y el palacio Comunale. La Fortaleza y el teatro Romano, algo alejado del centro, pueden complementar el paseo por la sensacional ciudad.

CORTONA

El siguiente y último destino del tranquilo día resultó ser Cortona. Una vez empiezas a subir en coche hacia el pueblo, evidencia una situación muy alta. Es uno de los pueblos más elevados de Italia y debido a su posición, ofrece unas vistas de la Toscana y de Umbría espectaculares. Probablemente las mejores desde la altura.

Entramos por una puerta a la ciudad, por vía Dardano y de allí fuimos hasta dos plazas de visita obligada. La plaza Signorelli donde había otro interesante mercado de antigüedades, y luego hasta la plaza de la Repubblica, donde esta otro precioso palacio Comunale. Calles muy animadas de gente y con ambiente festivo.

Luego hay que continuar por la vía Nazionalle llena de tiendas para comprar y donde comer un buen helado. Plaza Garibaldi es el mirador natural y oficial, lógicamente es el momento para tomar todo el tiempo necesario para deleitarse con imágenes de la Toscana y de Umbría desde su panorama. Incluso se llega a ver el lago Trasimeno.

Para ver las callejuelas del pueblo y si no se está muy cansado, es posible subir por vía Santa Margherita (empinadísima) donde hay una pequeña iglesia con una pintura curiosa en el fachada.

Arezzo y Cortona habían superado las expectativas con creces. Dos ciudades italianas bien ricas en patrimonio y con una gastronomía sensacional.