GALTAJI

La ciudad de Jaipur, como capital del Rajasthan, además de grande tiene innumerables espacios de interés, obviamente. Ahora bien, es necesario organizar debidamente una visita para no estresarse demasiado entre tanta y tanta masificación, es un consejo.

A las afueras de la ciudad, dirección a Agra, seguramente encontramos uno de los lugares más impresionantes para el viajero en cuanto a muestras de fervor religioso. El templo de los monos, en idioma local Galtaji y evidentemente de influencia hindú, es visita de obligado cumplimiento. Además, si tenemos la suerte de coincidir en el lugar con alguna festividad local, el ambiente prometo que es espectacular.

El templo recuerda a una escena de la película del «Libro de la selva», tal cual. Aparecen diferentes construcciones entre un pequeño desfiladero entre montañas, diversos depósitos de agua para el baño y cientos de monos campando libremente entre multitudes de personas.

Evidentemente las aguas de estos manantiales son sagradas y hay tanto para hombres como para mujeres. Ambos aprecian bañarse incluso sin algunas prendas de ropa para purificarse y posteriormente rezar en cualquier templo. La gama de colores de los vestidos «saris» de las mujeres indias es pura fascinación.

Hay que tener también un poco de cuidado al hacer fotografías y respetar la cultura en según que zonas porque hay mucho local observando. Con tiempo suficiente y llegando al final de la montaña, obtendríamos vistas de la ciudad de Jaipur, pero eso es para otra ocasión.

ABHANERI

La jornada empezaba en Jaipur y finalizaba en Agra, ya en el estado vecino de Uttar Pradesh. Un día largo de más de 240 kilómetros para poner fin al calvario de recorrido por todo el Rajasthan en taxi, más de 2.500 kilómetros en total. No es nada recomendable para el cuerpo, aunque es vital para la experiencia viajera.

Abhaneri es el segundo alto en el camino. En esta pequeña población, encontramos uno de los lugares arqueológicos más notables de todo el Rajasthan, Chand Baori. Un lugar de especial protección por el gobierno en India.

Esta estructura es una especie de pozo con varias terrazas unidas por tramos de escaleras que generan efectos ópticos increíbles. Evidentemente tiene una función de tipo religioso y también para guardar agua en épocas de sequía. No me perdería por nada del mundo una visita a este lugar si estamos de paso por esta zona del este de la región del Rajasthan, la tierra de reyes.

Aquí mi fiel compañero de viaje, tozudo de serie, decidió sacar otra vez el juguetito llamado «dron» a volar. Pues ni más ni menos que el responsable de seguridad del centro observó la proeza y fue llamado al orden conforme estaba cometiendo un delito. Así que cuidado con según que actitudes sin permisos, que las cárceles en este país no aparentan tantas garantías para el reo como en España. El problema fue resuelto como no con una «mordida». Ahora bien, el amigo tiene algunas fotografías impresionantes.

FATEHPUR SIKRI

La última parada en el camino es otro de los lugares básicos de cualquier recorrido por esta parte de India, aunque este último ya en la parte de Uttar Pradesh, muy cerca de Agra. En este caso la ciudad amurallada con colores rojizos y con construcciones de tipo musulmán e hindú, es simplemente fundamental. Un complejo de dimensiones desproporcionadas de la época Mogol. Así es Fatehpur Sikri, la gran ciudad de la victoria.

Palacios, salas, audiencias, puertas, tumbas y hasta una gran mezquita. Desde el centro de visitantes un pequeño autobús recorre un breve camino para iniciar la visita. Evidentemente hay que ir descalzos por muchos sitios y hay que tener cuidado con los vendedores que son un poco cansinos. Ahora bien, hay escenas propias de una película, un lugar impresionante y con una historia para aburrir.

Leyendo un poco, es apodada como «la ciudad fantasma», aunque sinceramente tiene prácticamente todos los servicios. En nuestro caso disponíamos de un guía de habla inglesa que declinamos los servicios porque queríamos un guía en español. Rápidamente apareció otro joven que estaba más interesado en vender objetos y en una propina que en explicar. Otro fallo clamoroso por parte de la agencia que no acababa nunca de tener nuestros deseos a punto.


Y así, sin más, finalizamos en la misma ciudad de Agra, con despedida del chófer, pero como tampoco somos malas personas, entregamos 20 € por persona de propina. Con total rotundidad el conductor no merece ese dinero por ser un poco trepas, pero la faena de chófer es muy dura, durísima.

Agra es conocida mundialmente por el Taj Mahal, una de las siete maravillas modernas y que al día siguiente a primera hora, sería el punto principal de la jornada, junto con el fuerte Rojo de la ciudad, otra gran atracción.