OPORTO

Iniciamos la matinal con una práctica habitual en cualquier visita a una ciudad europea importante, una ruta guiada. Prácticamos un tour gratuito por Oporto para experimentar y conocer de primera mano las particularidades y alternativas más necesarias de la gran ciudad.

En este caso tenemos suerte con la empresa y con el guía, que ofrece una mañana muy agradable cargada de historia del país y de múltiples consejos. A pesar de no hacer demasiada publicidad, creo que es justo nombrar a la empresa local «Take Porto» y al guía Gianfranco por tal profesionalidad.

Seguimos por el centro, el llamado Baixa.

ALIADOS Y PLAZA DE LIBERTAD

El punto de encuentro es en el corazón de Oporto, en la avenida de los Aliados que completa con la plaza Liberdade o Libertad este espacio vital. Edificios solemnes y majestuosos como bancos, hoteles y hasta el mismo ayuntamiento, el Paços de Concelho, tienen acogida en este centro cargado de historia.

El icono con más peso de la plaza es el monumento a Dom Pedro IV, primer emperador de Brasil y rey de Portugal. El monumento hace referencia a la constitución de Portugal y el individuo montado a caballo, está mirando ligeramente hacia la derecha, en dirección a Brasil.

El ayuntamiento de Oporto custodia varias llaves del recinto donde está situado el corazón de este personaje, que está bien guardado en la iglesia Nuestra Señora de Lapa desde hace casi 200 años.

TORRE DE LOS CLÉRIGOS, LIBRERÍA LELLO E IGLESIA DEL CARMEN CARMO 

El recorrido discurre por lugares frecuentados el día anterior de manera individual. Aún así, es una gran manera de adquirir más información que con las guías de viaje es a veces imposible.

Así que paramos en la torre de los Clérigos, el símbolo de Oporto y donde es posible subir por una escalera medieval a la cima de la torre para contemplar toda la ciudad. Este elemento es de alguna manera orientador debido a que es perceptible desde cualquier rincón.

La librería Lello tampoco puede faltar en el itinerario. Inspiración para el autor de «Harry Potter» y una verdadera delicia de edificio en estilo. Entrar es muy interesante debido a la historia reciente y a la famosa escalera doble que atrapa al viajero.

Por otro lado, todo esta parte de la ciudad, es completada con la magnífica iglesia del Carmen. Los azulejos exteriores son soberbios y bonitos, además la fabricación y posterior colocación era realizada por verdaderos profesionales debido a la dificultad técnica. La universidad y el palacio de justicia prolongan este plural lugar siempre especial.

ESTACIÓN DE SAN BENTO Y CATEDRAL DE LA SÉ

Camino de dos puntos básicos que no pueden pasar desapercibidos como son la estación de San Bento y la catedral de la Sé, atravesamos la rua de las Flores. Es aquí donde vivían las familias más adineradas en el siglo XIX entre comercios de joyas. Lástima que prácticamente toda la calle está en obras, igual que medio Oporto, hay levantadas muchas grúas para seguir renovando la ciudad.

La estación de San Bento es una obra única en cuanto a azulejos se refiere. La recepción brinda 25.000 azulejos de color azul y otros más coloridos para representar hitos destacados de la historia de Portugal y una representación de las cuatro estaciones.

Verdaderamente admirable y claramente es un punto de reunión de decenas de grupos de turistas. Es sin duda alguna un imprescindible de Oporto, no hace falta viajar en tren para dejarse caer. Al lado aparece la iglesia dos Congregados, con azulejos también está vez en el exterior proporcionando un agradable color a las calles.

Antes de bajar hacia el río Duero, queda un elemento indispensable por ver, la catedral de la Sé. Ubicada en la cima del monte Pena Ventosa, una de las colinas de la ciudad y en la antigüedad protegida por murallas.

Tampoco hace falta explicar todos los detalles de la catedral, pero es también obra de Nasoni y tiene azulejos en el exterior. Quizás es más interesante el mirador que dispone la explanada, los edificios colindantes o el mismo monumento a Vimara Peres. Está a lomos de un caballo como liberador de la ciudad de Oporto por el año 868.

RIBEIRA DE OPORTO

Para bajar a las orillas del río Duero hay varias alternativas desde la misma colina. Callejeando tranquilamente por estrechas y reviradas calles del barrio medieval en torno a la catedral de la Sé o por una travesía de escaleras, las Escadas do Barredo.

Ambas opciones son excelentes, la primera para pasar por sitios muy tranquilos y la segunda para obtener imágenes del conjunto del puente Dom Luis I, el río Duero y Vila Nova de Gaia con todas las bodegas del vino de Oporto.

Alcanzar la Ribeira y encima con un día soleado, es de esas prácticas que merecen la pena el simple hecho de viajar. Cafeterías, restaurantes, casas coloridas, gente, barcos y como no el otro estandarte de la ciudad, el río Duero. No hay opción para la decepción, todo es un impacto visual en seguramente la ciudad más bonita a orillas de un río.


Alerta! ¡UNA PAUSA PARA COMER! En una callejuela (rua Fonte Taurina) de la misma plaça de la Ribeira, está el restaurante Ora Viva para probar un bacalaó o cualquier otro producto que quita el sentido.

Son muchas las actividades disponibles en Oporto, pero una principal es realizar un crucero de más o menos una hora de duración para conocer los seis puente de la ciudad. Hay opciones de todo tipo y condición, en la misma Ribeira venden pasajes.

Así que a relajarse un poco en la parte exterior del barco observando de primera mano los puentes y navegando por el río Duero. No defrauda.

MIRADOURO

Encima de rua de las Flores hay un mirador estupendo al río Duero. Está en el mismo barrio judío en la calle rua Sao Miguel con Sao Bento da Vitoria, en una especie de pequeño solar. Es uno de los muchos puntos panorámicos que hay por la ciudad. En caso de estar por la parte baja de la ciudad, hay unas escaleras que suben directamente desde rua de Belomonte.


Restaurante Expresso

Para comer o cenar bien y barato comida casera en la plaça de Carlos Alberto. Estábamos mirando el mapa y un local recomendó este lugar. Dos noches que fuimos a cenar en un local típico de barrio.