ANDALUCÍA

Pasar el tiempo por las bastas tierras de la comunidad de Andalucía es siempre placentero, y mucho más si tenemos raíces. En este caso de camino al Algarve de Portugal, pasamos unas horas y pernoctamos en la ciudad de Granada. Queremos conocer de primera mano uno de los elementos más importantes y relevantes de la historia de España, la Alhambra.

Dejar el coche en el centro de la ciudad es misión imposible, así que el único remedio es aparcar en un aparcamiento privado o dejarlo en el alojamiento si tiene disponibilidad de plazas, aunque evidentemente no será gratis. Zonas azules o aparcamientos públicos están bastante alejados y siempre muy concurridos. El aparcamiento principal del casco viejo de la ciudad es el de la plaza de San Agustín, ubicado al lado del mercado y cerca de la catedral.

La fruta de la Granada tiene un significado especial en la cultura judía, es hasta sagrada. El nombre de la ciudad tiene un simbolismo paralelo con esta apreciada fruta. Si somos capaces de contar las semillas de la Granada, tiene la friolera de 613, casualmente, el mismo número de normas del Torá. Los sefardís fueron los judíos que por ejemplo habitaron en la ciudad creando prósperas comunidades. Ahora al comer una Granada, seguro que piensas en este sugerente detalle.


CENTRO DE GRANADA

A escasos metros de la plaza Nueva es donde tenemos el alojamiento. Así que es difícil estar en un lugar más óptimo para alcanzar cualquier rincón. Es aquí en la iglesia de San Gil y Santa Ana, donde empiezan algunas de las procesiones de Semana Santa y tenemos la oportunidad de admirar por la tarde la devoción de propios y extraños. Es martes pero el ambiente desde luego que es agobiante, ni pensar en días más fuertes de la semana religiosa. La ciudad está exultante, de gala.

Por el centro clásico, los lugares que visitamos son los más frecuentados por cualquier persona, así que tampoco hay nada novedoso. En este caso, nuestro circuito empieza desde la misma plaza Nueva bajando por la calle Reyes Católicos y atravesando diferentes plazas como la misma Isabel Católica o la del Carmen. El objetivo es llegar hasta la plaza de Bib-Rambla. En este plural espacio es donde comemos y empezamos a saborear de nuevo esas tapas que sirven sin coste al pedir algo para tomar, ciertamente toda una hazaña que no existe en por ejemplo Cataluña.

Más tarde seguimos por la misma catedral, la plaza de la Romanilla, el mercado cubierto de la plaza de San Agustín y todo el entramado de callejuelas más parecidas a un zoco donde adquirir productos típicos de la ciudad.

Un par de detalles a destacar, en el mercado hay lugares muy baratos para comer, excepcionales y con una pinta que maravilla. En los rincones de la catedral, accediendo desde la Gran Vía de Colón, siempre hay alguna gitana con el dichoso romero… la táctica es no mirar a los ojos y poner incienso en casa, supersticiones seguramente absurdas para evitar el mal de ojo. Más vale alejar la mala suerte.

En este caso la información histórica o cultural de todo el itinerario queda al margen, únicamente prestamos atención a pasear sin rumbo fijo. A veces está bien dejar el mapa o la guía a buen recaudo.

ALBAYZÍN

Antes de anochecer y con la fresca, para aprovechar al máximo el tiempo, elegimos seguir de nuevo una visita gratuita por la ciudad aunque el guía tampoco apasiona demasiado. De todas formas aprendemos interesante información y alguna que otra anécdota sobre Granada.

Que duda cabe que el barrio más importante de la ciudad es el Albayzín. Sin entrar tampoco en detalles asfixiantes, en el histórico barrio, hay indicios claros a base de monumentos de distintas épocas. El antiguo barrio árabe tenía total influencia en esta parte de la bonita ciudad andaluza. La palabra morisco tiene de alguna manera sentido al recorrer el barrio, musulmanes convertidos al catolicismo de manera voluntaria o forzada.

Primeramente hay que ascender, no queda otro remedio. Poco a poco vamos a obtener alguna perspectiva de la Alhambra paseando por las estrechas calles del Albayzín. Está claro que el destino principal de la excursión es llegar al mirador de San Nicolás. Antes y como más notable, hay que hablar de la casa natal del mismo «cantaor» Enrique Morente, en la actualidad ofrece un interesante alojamiento con una resultante fachada y a precios bastante competentes.


El dato

En Granada existen unas construcciones urbanas del legado árabe llamadas "Cármenes" por el barrio del Albayzín. De alguna forma tienen tres características primordiales: Vistas a la Alhambra, un espacio de naturaleza y una fuente de agua. El estadio del principal equipo de fútbol de la ciudad, el Granada Club de Fútbol, tiene como nombre de estadio: Los Cármenes.


Definitivamente alcanzamos el punto panorámico sobre la ciudadela de la Alhambra, un antigua ciudad dentro de la ciudad con palacios, jardines y fortaleza. El atardecer proporciona un bonito contraste de colores entre la multitud agolpada para inmortalizar el momento.

Es posiblemente el mirador más famoso de España, con aún nieve en la cercana montaña de Sierra Nevada, el entorno es realmente bonito. Por toda la plaza del mirador hay vendedores ambulantes y artistas desaliñados junto con una mezquita donde venden té. Tómate tu tiempo para analizar bien el entorno.

Hay que recordar que el pico más alto de la península, el Mulhacén, está ubicado en el macizo montañoso de Sierra Nevada. En algún punto del macizo, a modo de leyenda aparentemente, está enterrado un rey moro. Ahí está el dato.

Después de todo el empacho de belleza, hay que empezar a descender de nuevo a la parte baja de Granada. Hay que lanzar una seria recomendación, es mejor utilizar un calzado cómodo para pasear por la ciudad debido a las escaleras y piedras que hay por el barrio en cuestión, mucho más en episodios de lluvia que el suelo es muy resbaladizo en determinados puntos. La idea de ir con tacones no es muy inteligente.

Por el camino encontramos excelentes miradores más humildes a la Alhambra, encantadoras plazas, estrechas calles, símbolos árabes y judíos del pasado… la antigua muralla Zirí o los aljibes, un recurso a modo de depósito para almacenar agua potable que hay por cada rincón del encantador barrio.

Para poner la guinda al pastel, hay también que mencionar las bonitas fachadas que suceden con flores o platos, algo parecido al sistema de patios de la vecina ciudad de Córdoba. Un adorno encantador.

El paseo finaliza de nuevo en la plaza Nueva, en los mismos márgenes del río Darro. Decidimos cenar en la misma plaza y darnos un buen festín. El lugar y la escapada lo merece.

Un último apunte, por encima del Albayzín encontramos el barrio del Sacromonte, tradicional extensión de los gitanos de la ciudad. Hay incluso cuevas donde viven personas. Ya puestos también, para los amantes del flamenco, por ambos barrios siempre suceden espectáculos de este arte. ¿Apetece visitar Granada, no?


Información! Recorrido por el Albayzín: Calderería Vieja, plaza de San Gregorio, placeta de Nevot y mirador de San Nicolás. Placeta del Comino, placeta Aljibe de Trillo, placeta del Cobertizo, placeta del Carro, placeta de Santa Inés, placeta Benalúa y carrera del Carro.