TEL AVIV

En hebreo, la ciudad de Tel Aviv significa “colina de primavera”. También es apodada como “Manhattan del Mediterráneo”, acorde a los numerosos rascacielos que componen la silueta de la gran ciudad. Estamos frente a una ciudad vibrante y hasta extenuante o asfixiante, donde los mayores reclamos para el turista son las playas, el histórico barrio de Jaffa y hasta los edificios de estilo Bauhaus que resultan ser patrimonio mundial.

Hay que resaltar también numerosos barrios que completan una ruta por la ciudad tales como Neve Tzedek o Florentin y el mismo mercado de Carmel. Electrizante.

MERCADO DE CARMEL

Por el paseo marítimo empezamos el recorrido por las diferentes playas de Tel Aviv, la playa Gordon es de las más concurridas, el ambiente es extraordinario, donde el culto al cuerpo y la misma ostentación o postureo, es llevado al máximo exponente. Hay gente practicando todo tipo de deportes, algunos habituales y otros hasta originales. El “matkot”, un juego de palas, el mismo frisbee o una especie de voleibol a modo de fútbol por parejas muy vistoso y muy popular entre machos y hembras. 

El mercado del Carmel está ubicado en el centro de la ciudad, en la zona peatonal de Nahalat Binyamin St y en el mismo barrio yemení.

Un espacio callejero donde vecinos y turistas coinciden en un ambiente ajetreado para comprar cualquier tipo de producto de alimentación o de ropa. Pasear sin sentido y dejarse llevar, es la mejor manera de conocer este intenso mercado sin orden.

NEVE TZEDEK

Hay que citar que es viernes, en breve empieza el sabat y ya la ciudad alerta a todo el mundo de tal especial día para el pueblo judío, una preocupación para el turista. Empezamos el camino por el paseo preferido de los locales, Rothschild Boulevard, aquí convergen cafés y los sobrios edificios de estilo bauhaus, que en cierta medida otorgan el nombre de “ciudad blanca” a Tel Aviv. Tampoco es nada del otro mundo, el paseo está bien para caminar siendo una avenida grande de tipo peatonal en el centro.

El barrio de Neve Tzedek es el más antiguo de la ciudad nueva, alejado del bullicio y caos intrínseco de la ciudad. Shabazi St es la calle principal con diferentes callejuelas aledañas donde encontrar tiendas antiguas de artesanía, bares, restaurantes y todo en un agradable territorio con menos volumen de personas donde caminar incluso en solitario por algún callejón.

 JAFFA

Jaffa o Yafo, es un barrio antiguo de la ciudad, en cierta manera independiente, y seguramente el aliciente primordial para detenerse en Tel Aviv antes de proseguir el viaje por cualquier parte del país. Es el barrio árabe con más residentes y los espacios más destacados son el mercadillo, la torre del Reloj y el casco antiguo, elevado sobre una pequeña colina. Hay que decir que accedemos al enclave por la antigua estación de trenes con la conexión antigua de Jerusalén con Jaffa, convertida en la actualidad en un complejo comercial y de ocio o entretenimiento muy simpático y agradable. Es la mejor manera de alternar el barrio de Neve Tzedek con Jaffa.

Iniciamos la visita por la torre del Reloj, de estilo otomana, y que ingresa directamente en el mercadillo de Jaffa. Un mercado de tales características incluye desorden, bullicio, jaleo y todo tipo de productos para el cliente, desde nuevos hasta viejos. Simplemente pasear por cualquier rincón y quizás descansar en alguna terraza a tomar o comer algo, aunque los precios son como siempre muy elevados, es lo más habitual.

Más tarde llegamos al puerto de Jaffa, indicado como de los más antiguos del mundo y donde podemos encontrar un paseo marítimo con buenas vistas de la linea de costa de Tel Aviv y con espacios de gastronomía donde descansar. Es aquí donde paramos a tomar un refrigerio y posteriormente comer en un sitio de comida a modo de raciones de pescado frito exageradas y a un precio habitual, pero donde quedar muy saciado con una cerveza y una buena ración de patatas fritas como acompañamiento.

Desde el mismo litoral por unas escaleras subimos al llamado viejo Jaffa, una bonita zona con algún recoveco escondido de especial belleza entre callejones con muros de piedra hasta alcanzar la plaza principal donde encontramos el monasterio de San Pedro.

El ultimo lugar llamativo antes de bajar de nuevo al centro de la ciudad, es en los jardines de HaPisgah, una planicie en la parte alta del barrio viejo que brinda una estupendas vistas del litoral de Tel Aviv y de gran parte de la ciudad. Es un punto panorámico excepcional donde realizar unas bonitas fotografías. Hay incluso un puente con los signos del zodiaco con una tradición supongo que más a nivel turístico que ancestral, pero bueno, todo el mundo pasa por el aro.

FLORENTIN

En la jornada de hoy, finalmente salieron cerca de 25 kilómetros caminando, que se dice pronto. Con el cansancio acumulado de todo el viaje, hay momentos que el dolor en espalda y piernas es llevadero pero molesto. Camino de regreso al hotel para descansar y preparar maletas para la vuelta al día siguiente a España, visitamos el último barrio de Tel Aviv, Florentin.

Un barrio artístico sin demasiadas pretensiones donde concurren personajes afines a la música, fotografía, diseño y demás profesiones. En general no tiene un especial interés, aunque es cierto que hay algún bar o restaurante llamativo. Hay que desviarse un poco de la linea de mar pero así pues conocemos otra parte de Tel Aviv, que para eso hemos venido. Sólo queda volver al paseo marítimo y llegar hasta el alojamiento después de un buen rato caminando.


Para ir al aeropuerto en el mismo sabat, no es posible utilizar el transporte público porque no funciona, negativo la opción de tren o autobús. La única solución y posibilidad es mediante taxi, que normalmente son personas no judías las que gestionan estos servicios. Con la aplicación Gett, solicitamos un taxi el día previo para una hora concreta y es un servicio de calidad y sin preocupaciones de ningún tipo. El precio es más o menos entre 50/60 € el transponer al aeropuerto de Tel Aviv, el Ben Gurion desde el centro de la ciudad.

Tanto para entrar al país como para salir, no hemos tenido ningún problema ni hemos conocido los duros interrogatorios que algunas personas sufren por parte de funcionarios de seguridad del estado. Simplemente en el control de entrada al aeropuerto para marchar del país, alguna pregunta más bien absurda por responder y nada más. Supongo que el criterio es un poco aleatorio, aunque si que focalizan más en personas árabes por lo que hemos podido observar.