BERLÍN

MITTE

Como casi siempre en los viajes, para complementar información con respecto a las guías, diarios de viajes más búsquedas por Internet, contratamos el típico free tour por la ciudad. En este caso, hay una empresa bastante competente que realiza diferentes rutas por Berlín, estamos hablando de DestinoBerlín. Buena calidad y predisposición de los profesionales. FREE TOUR

Primeramente y antes de empezar el itinerario marcado, alcanzamos la gran Alexanderplatz, hermana de la otra gran plaza popular de la capital como es Potsdamer Platz. En metro espera un trayecto un poco tormentoso, linea 9 de Güntzelstr. hasta Leopoldplatz, aquí línea 6 hasta Unter den Linden y finalizar con la línea 5 hasta la misma Alexanderplatz.

En cierta manera, la «Alex», asentada en el lado del este en la separación de las Alemanias, era el escenario principal del régimen comunista cuyo nombre hace referencia al zar Alejandro I. Tenemos delante una gran plaza abierta muy animada con todo tipo de servicios y nudo de paso principal para el transporte público.

Además de un reloj gigante que marca la hora de diferentes zonas del mundo, hay que resaltar los siguientes puntos:

-Fernsehturm: Un símbolo de Berlín, visible desde múltiples puntos de la ciudad y orientativa. La torre de la televisión del año 1969, domina la plaza con 368 metros de altura. En la parte superior hay un restaurante giratorio y ofrece vistas excepcionales en días de claridad.

-Marienkirche y Neptunbrunnen: La iglesia de Santa Maria de finales del siglo XIV y la fuente de Neptuno, relucen en los aledaños. La fuente alberga una escultura del diós romano de los océanos, Neptuno, acompañado de animales acuáticos y de figuras femeninas que representan los ríos Rin, Vístula, Óder y Elba.

-Rotes Rathaus: El ayuntamiento rojo construido en el siglo XIX hace referencia al color de los ladrillos, no tiene ninguna referencia con el pasado comunista.

En una isla que forma el río Spree, hay instalados cinco museos en un amplio conjunto arquitectónico de edificios con espléndidas y reputadas colecciones. Es la isla de los Museos o Museumsinsel. Aquí los amantes y apasionados del arte tienen mucha faena por delante para recalar en los diferentes museos. El entorno es precioso con la catedral de Berlín o Berliner Dom y el parque Lustgarten quedando delante del Altes Musem.

La fachada principal del Altes Museum o museo antiguo, es fruto del arquitecto Schinkel en 1830, siendo el primer museo inaugurado en Berlín y de estilo neoclásico con un pórtico sostenido por bastas columnas jónicas. En el parque Lustgarten, el líder alemán Adolf Hitler, entre las masas, alentaba a los miembros del partido con mitines decorando todo el recinto con indumentaria Nazi.

El resto de museos por conocer son el museo nuevo o Neues Museum, característico por disponer del busto de la reina Nefertiti, supongo que también expoliaron a Egipto, que tiene numerosos litigios con medio mundo para recuperar los tesoros y pertenencias robadas durante siglos. La Alte Nationalgalerie, el Pergamon Museum con la obra del altar de Pérgamo y el Bode Museum, completan la colección.

En breve penetramos de pleno en una de las avenidas más prestigiosas y favoritas de los locales, con edificios notables en ambos flancos, como el imponente y monumental edificio de la embajada de Rusia. Es la llamada Unter den Linden, «bajo los Tilos», una especie de árboles que entre una cosa y otra quedaron talados en la totalidad.

Paramos en el edificio de la Neue Wache, nueva guardia, también de estilo neoclásico y construido por el mismo Schinkel. Un monumento genérico que recuerda a las víctimas de guerra y dictadura en la actualidad, en épocas pasadas dependiendo de la jefatura, recordaba a otros conflictos. Está muy logrado por albergar la estatua de la madre con hijo muerto, en el techo hay un agujero que permite la entrada de los elementos de la tierra como la luz, la lluvia o la nieve y cae directamente en la figura. Simboliza de esta manera el sufrimiento de la población durante el triste episodio de la Segunda Guerra Mundial que tanto marca a la ciudad de Berlín. Muy interesante.

Delante encontramos una plaza pública que de alguna manera es célebre por el acontecimiento de la quema de cerca de 20.000 libros en la noche del día 10 de mayo de 1933 por partidarios nazis. Instigada por el ministerio de propaganda dirigido por el tipo Joseph Goebbels. Libros normalmente de calado contrario a las teorías del régimen Nazi, como por ejemplo de Karl Marx, Sigmund Freud o Heinrich Heine, entre muchos más. En el centro de Bebelplatz, es posible contemplar una tapa de cristal que descubre por debajo, una estantería vacía y una puerta cerrada donde en teoría caben todos los libros quemados aquella trágica noche.

La plaza es encantadora a la par que histórica, rodeada de imponentes edificios, destacando el edificio de la ópera de Berlín, muy frecuentada por Adolf Hitler en tiempos pasados del Tercer Reich (Imperio). La Universidad Humboldt y la Catedral de Santa Eduvigis, la iglesia católica romana más antigua de la ciudad y en forma de taza de te, ocupan el espacio.

En una vasta explanada encontramos una de las plazas más bonitas y colosales, la bautizada como Gendarmenmarkt, un conjunto neoclásico compuesto por dos iglesias gemelas y ordenadas construir por Federico I. Una iglesia (Französischer Dom) dedicada a los hugotones franceses, que a fin de cuentas son protestantes y otra para los protestantes alemanes (Berliner Dom). Entre medio de ambas, está situado el edificio de la Konzerthaus Berlín, sede de la Orquesta Sinfónica de Berlín. Por desgracia hayamos el recinto en obras, simulando de alguna manera los destrozos en la plaza sufridos de nuevo durante la guerra.

Por toda la ciudad, donde estaba armado el muro de Berlín, hay losetas que informan de la ubicación de la pared en el suelo.

Durante la Guerra Fría, el paso fronterizo para diplomáticos y ciudadanos extranjeros más relevante entre el sector oeste y el este, totalmente militarizado, era el llamado Checkpoint Charlie, en Friedrichstrasse, 44. Nombrado así siguiendo el alfabeto fonético internacional, en este caso la tercera letra. En la actualidad, hay una recreación idéntica para recordar el pasado y donde los turistas pueden realizar las respectivas fotografías en el punto de control más famoso de Berlín durante la separación de las dos Alemanias. La parada de metro más cercana es Kochstrasse y al lado está el Mauer Museum, que recala información de la historia de la época del muro.


Alerta! Una manera genial de recorrer la ciudad es montado en un vehículo Trabant, el llamado popularmente como Trabbi. Un vehículo de bajo coste y el más común en el bloque comunista de la RDA, la Alemania Oriental. La lista de espera para adquirir este utilitario era de hasta 13 años. Está construido a base de plástico y tenía capacidad para cuatro pasajeros más el equipaje. Al lado del Checkpoint Charlie hay una empresa dedicada al tema y estupendos ejemplares para hacer fotografías como mínimo.


Pasamos por la calle Wilhelmstrasse, donde emerge en un sobrio edificio rectangular el ministerio de Finanzas de Alemania, antigua sede de la Luftwaffe, las fuerzas aéreas de Alemania y que tanto poder acreditaba en la era nazi. Muy cerca queda el búnker (Führerbunker) de Adolf Hitler, situado en un aparcamiento público y rodeado de edificios en Gertrud-Kolmar-Strasse, donde estaba la cancillería.

Aquí el tipo decidió suicidarse junto a su querida esposa, Eva Braun, y posteriormente incinerado en la vía pública para esquivar así un escarnio público con los restos mortales como sucedió al homólogo Mussolini.

Estamos en las cercanías de la puerta de Brandeburgo, otro icono imponente de Berlín. Antes paramos brevemente en el monumento a los judíos europeos asesinados, Denkmal für die ermordeten Juden Europas.  Es un campo de bloques de hormigón de diferentes alturas que engloba a 2.711 estructuras a modo de simple laberinto y creado por el arquitecto Peter Eisemann. Hay un centro de exposición con información obviamente sobre el holocausto en el interior con entrada gratuita.

La puerta de Brandeburgo (Brandeburgo Tor), símbolo del triunfo y orientada hacia la ciudad en señal de paz, quedó olvidada y en tierra de nadie tras la construcción del muro de Berlín. Con 26 metros de altura y coronada por una cuadriga de bronce, es todo un ícono. Resultó también destruida en pleno proceso de la Segunda Guerra Mundial y reconstruida tras la reunificación. El paso central de la puerta, más ancho que el resto, sólo podía ser utilizado por miembros de la familia real y algunos pocos afortunados, como Napoleón o Adolf Hitler, desfilando entre la muchedumbre.

El lugar geográfico de la puerta de Brandeburgo es en la misma Pariser Platz, una amplia plaza cuadrada donde hayamos la embajada de Francia y el hotel más lujoso de la ciudad, el hotel Adlon, donde quedan cobijados personalidades de todo el mundo. Aquí mismo, Michael Jackson tuvo el llamativo y escandaloso episodio mediático de sacar al niño en brazos por el balcón del cuarto piso en el año 2002.

Ya para acabar la matinal, antes de recorrer el Mitte con calma hasta alcanzar de nuevo el Checkpoint Charlie y comer en un socorrido McDonald’s, paseamos por el extenso parque de la plaza de la República, donde admiramos el Reichstag-Bundestag, el parlamento de Alemania con la cúpula. Es posible acceder con cita previa.

SCHEUNENVIERTEL

Por la tarde, indagamos levemente los espacios más elementales del barrio judío de Berlín, que queda enmarcado en la parte de Scheunenviertel. Usamos el metro de nuevo, desde la parada Kochstrasse finalizamos en Oranienburger Tor, trayecto integro por la linea 6.

El barrio en general, bastante abandonado por las autoridades del sector comunista, donde quedó encerrado, posee numerosos patios interiores, que a fin de cuentas, en cierta medida, son utilizados y costeados por movimientos alternativos o el felizmente llamado arte urbano.

Primeramente observamos la mayor sinagoga de Berlín, Neue Synagoge, como siempre los intereses judíos son protegidos por policías en el exterior. Tiene un aforo de 3.000 fieles.

Esta calle tuvo una gran incidencia durante la comisión de los linchamientos y violentos ataques contra la población judía por parte de miembros nazis. Es la llamada noche de los cristales rotos, efectuada en los días 9 y 10 de noviembre del año 1938. La sinagoga fue incendiada.

Un lugar bastante placentero en el barrio es el conocido como Hackesche Höfe, ubicado en Rosenthaler Strasse 40-41. Un punto de encuentro tanto para locales como foráneos en una serie de edificaciones que son sucedidas por patios interiores cerrados. Estos contienen todo tipo de comercios en cuanto a tiendas, restaurantes, cafés y hasta salas de espectáculos, formando así un referente comercial de ocio y entretenimiento diferente. Aquí realizamos tranquilamente compras en la tienda oficial del Ampelmann, en un escondido patio del agradable entramado.

Volviendo un poco al arte urbano, en el número 39 de la misma calle, es decir, pegado, hay un callejón conocido como el Dead Chicken Alley, » callejón de los pollos muertos». En Berlín hay un arte callejero bastante llamativo y presente, con destacados «artistas» que dejan huella por toda la ciudad. Aquí, en este extravagante y raro callejón, hay creatividad absoluta para mostrar cualquier habilidad, sobretodo relacionada con el «grafiti», la pintura libre.

Resumiendo, un grupo llamado los pollos muertos, y en vistas que pintar las paredes en Berlín, como en la mayoría de sitios está prohibido, compraron esta especie de callejón a modo de patio interior. Entonces, por tanto, muestran el arte sin contemplaciones y con total paz.

Así que nada, en caso de ser un fanático de estas modas, o simplemente por curiosidad, merece la pena pegar un vistazo en este irreverente escenario. Además, hay bares donde fumar está permitido y varias tiendas donde conseguir productos genuinos para apoyar también a la causa. Extraño pero divertido.

También hay que citar que todo el barrio está también muy concurrido y es otro de los lugares de moda de Berlín.

Para llegar al alojamiento, metro en la parada Weinmeisterstrasse, de la línea 8 y transbordo en Osloer Str. en la línea 9 y hasta nuestra estimada parada de Güntzelstrasse. Cerca de 15 kilómetros de caminata por la ciudad, no es una cosa menor.