BRATISLAVA

En un viaje a Viena y capital de Austria, podemos interesarnos en viajar en una breve o amplia excursión al país vecino de Eslovaquia. La capital, Bratislava, está a tan sólo 80 kilómetros de distancia y por tanto es una buena manera de conocer otra ciudad de Europa.

Así lo decidimos en su momento y así lo hicimos. Hay varias maneras para recorrer la distancia mencionada, en barco, en tren o en autocar. Después de buscar y buscar, la forma más sencilla y barata es el autocar.

Desde la parada de la estación Erdberg, partía nuestro medio que pararía en el mismo centro histórico de Bratislava, debajo del puente nuevo y a los mismos pies del castillo. El recorrido de vuelta sería el mismo y con la broma estuvimos desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la tarde. Un poco de cansancio en el cuerpo al finalizar la jornada está asegurado.

¿Merece la pena?, sin duda alguna indudablemente. Los rasgos eslovacos, el idioma, la comida y en su momento la moneda. Todo es diferente a lo conocido en Austria y por tanto es seguir adquiriendo información y conocimientos del mundo. El centro de Bratislava está muy bien conservado con edificios típicos del comunismo pero también con otros edificios de una arquitectura algo más moderna.

Por el centro hay una serie de digamos figuras o estatuas típicas que hay que buscar y son fácilmente visibles. Puede resultar un buen juego para que los más pequeños estén entretenidos y en alerta.

Está la figura del trabajador que asoma de la alcantarilla, apodado Cumil. Calle Rybárska brána y Panská.

También en la misma calle encontramos al mendigo, el conocido como bello Ignacio o Schoner Naci, que con un sombrero en mano saluda a las damas y tiene una leyenda detrás.

En la plaza Vieja, en Hlavne Namestie, apoyado en un banco, se haya el soldado francés que va igual vestido que Napoleón. Las tropas napoleónicas invadieron la ciudad y esta estatua representa otra leyenda.

Para acabar el recorrido gracioso y divertido, en la calle Laurinska, aparece el famoso y temido fotógrafo, terror de todo vip apodado paparazzi.

El porqué de estas estatuas es probablemente al hecho de alegrar un poco de vida y color a la ciudad tan apagada por el pasado comunista. Está levantando el vuelo.

Todo el centro de la ciudad es peatonal y en un bonito paseo se pueden descubrir edificios como el teatro Nacional, la catedral de San Martín, la puerta y torre de San Miguel o el mismo palacio Presidencial. La embajada de España también está entre las bonitas callejuelas del centro de Bratislava.

Un poco fuera del centro turístico, en la calle Bezrucova, encontramos la extraña pero bonita iglesia azul. El color es completamente azul, tal como indica su nombre. El interior es bastante sobrio y es uno de los elementos que llaman la atención de Bratislava.

El itinerario debe seguir con la visita al castillo de Bratislava. Tiene unas vistas enormes de los aledaños de Bratislava con el río Danubio omnipresente.


– ¡El viaje a la capital de Austria, Viena, a un sólo golpe de dedo!

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