BERNA

En la últimas horas por Suiza, ya poco a poco camino del aeropuerto de Ginebra y con cierta caravana matutina, visitamos la capital, Berna. Bien situada en el centro del país, de alguna manera representa a la perfección un territorio como es el suizo bien dotado en tantos aspectos fundamentales.

La gran capital está ubicada en un meandro del río Aare, su centro principal está instalado en una curva memorial donde en un lado del río se haya el recinto y foso bien aseado de los osos, el Barengraben. Por otro lado, encontramos la perfecta imagen de la Berna más antigua, en una estampa verdaderamente modélica.

La ciudad está ligada desde su fundación a los osos, un animal siempre tan especial y donde han habilitado un magnifico espacio para la vida de tres grandes ejemplares que copan todas las miradas. Viven felices comiendo, bañándose, subiendo a los árboles o simplemente caminando por su gran espacio a modo de casa.

Muchos ciudadanos han contribuido a la mejora de ese habitáculo y sus nombres están escritos en las baldosas de la vía pública.

El puente Nydeggbrucke, cruza el río, y al lado está el más antiguo de la ciudad, el bonito Untertorbrucke. Aquí mismo está el barrio conocido como Matte, muy especial y donde hoy en día incluso hay huertos en plena ciudad, plena tranquilidad en un barrio de casas.

El vehículo hay que dejarlo en un aparcamiento de pago, a un precio considerable por cierto. Empezamos el recorrido por la zona contraria al foso de los osos, aunque ya con el coche pasamos por ese sitio para llegar a la parte más céntrica cruzando el puente mencionado.

Sin género de dudas, la capital es conocida por sus soportales llenos de comercios, sus curiosas fuentes con figuras y agua bien fresca y sus innumerables banderas que cuelgan de las fachadas, tanto del país como del cantón. También es famosa por sus tranvías, torres de reloj o almacenes subterráneos.

La vida en Berna parece interesante y siempre cara, con alguna buena oferta laboral ese sería un perfecto espacio para vivir.

Decidimos caminar por la vía principal, Marktgasse, cruzando la torre del reloj. Esta avenida va cambiando de nombre y es donde se encuentran las fuentes más interesantes. Sin olvidar a la más conocida quizás, como es la del hombre comiendo a niños, llamada Kindlifresserbrunnen. Está en Kornhausplatz, muy cerca sin salirse prácticamente del recorrido principal.

Aquí cruzamos otra torre que es la principal con una especie de reloj astronómico y con función cada hora, aunque estaba en rehabilitación y no contemplamos toda su belleza. Estamos hablando del Zytgloggeturm.

Por esta avenida principal vivió el mismo Albert Einstein y se puede visitar su casa, evidentemente bajo previo pago.

Después de llegar al foso de los osos y estar un buen rato admirando y contemplando todo alrededor, volvimos por nuestros pasos pero esta vez por calles paralelas a la principal de la ciudad conociendo lugares muy interesantes de verdad. Munsterplatz o la catedral, la plaza del teatro y del casino, Rathausplatz o plaza del ayuntamiento, por cierto, muy solitaria y agradable.

El camino prosiguió por la plaza de los poderes del país, donde está el palacio Federal, el banco de Suiza y una fuente que distribuye agua desde el suelo para disfrute de niños y mayores.

Ya de nuevo en Barenplatz, donde había un mercado semanal, acabamos el paseo matinal con alguna compra y con la sensación de haber visitado una de las capitales más impactantes de Europa en todos los sentidos.

Una ruta de excelente como punto y final a una escapada soberbia por Switzerland.

Uebeschi -> Berna -> 35 km

Berna -> Aeropuerto de Ginebra -> 155 km


CONSIDERACIONES

En un breve espacio de tiempo hemos apreciado una cultura diferente en un país distinto. En conversaciones con locales, en la manera de conducir, en limpieza general, en recursos generales, en economía, en idiomas y en general en casi todo, probablemente estos suizos viven en otro nivel.

Seguramente como en todo el mundo quizás habrá problemas internos, pero la sensación es que el estado ofrece el tan conocido como «bienestar social«.

En tan sólo 700 kilómetros de distancia con España, parece que hemos estado en otra galaxia. Hay demasiada diferencia entre una cultura y otra.

En cuanto al viaje hay que destacar la naturaleza del país. Un país protegido por los Alpes en una ubicación sensacional para el amante de la montaña en general. No quiero alargarme demasiado pero el viaje tenía muchas expectativas y ha superado con éxito todas nuestras previsiones.

Han quedado muchos lugares en el tintero y evidentemente han habido descartes dolorosos. Pero antes o después, este viaje tendrá una segunda parte y tal vez muchas más.

Recorrido:

-Gruyeres, Uebeschi, Meiringen (Reichenbach y Aareschlucht), Brienz, Giessbach, Iseltwald, Thun, Zermatt (Gornergrat y Matterhorn), Spiez, Murren, Lauterbrunnen (Trummelbach), Grindelwald y Berna.