MONTERIGGIONI

Iniciamos el día con normalidad para abarcar la parte más céntrica de la Toscana, en este caso para recorrer pueblos más bien clásicos e irrenunciables en cualquier ruta por estas tierras.

Monteriggioni es el primer alto en el camino. Pequeño pueblo perfectamente amurallado y con varias torres defensivas. Es completamente circular y está encaramando en la altura de una pequeña colina. Para hacer una buena fotografía del conjunto, o simplemente apreciar debidamente el entorno, las vistas son mejores desde la autovía dirección a Siena.

SAN GIMIGNANO

Desde la distancia, en la carretera, impresiona ver este pueblo. Las 14 torres dominan el horizonte y el interior con murallas y preciosos edificios invitan al viajero a retroceder al pasado. Imaginaos por un momento cuando el pueblo tenía 72 torres protectoras, sería increíble. Fue otro lugar importante por su situación en la vía Francigena y llegó a ser muy rica gracias al cultivo de azafrán.

San Gimignano es la joya de la Toscana, el pueblo más turístico, el pueblo más bonito. De acuerdo a todas las torres que contiene, es llamado el «Manhattan medieval».

En cuanto a una visita al pueblo hay que recalcar varios lugares. Una vía principal es San Matteo, con numerosas tiendas de pasta, quesos y vinos. El vino más famoso de San Gimignano es “la Vernaccia”, de tono blanco y con muy buen sabor. La conocida como “Grappa” muy parecida al orujo, es típica en la población y en media Italia.

La plaza más importante es la plaza del Duomo. El palacio Comunale que es ayuntamiento y a la vez museo principal de la ciudad, permite ascender a la torre Grossa. Es la torre más alta y las vistas son acordes al pueblo. Imperdonable no subir.

Hay que indicar que la comentada torre tiene 54 metros de altura y unas 200 escaleras más o menos, son bastante amplias y cómodas de subir. Las vistas son enormes, permite ver todas las torres, las calles, los tejados, las plazas y la Rocca de Montestaffoli (fortaleza). Una experiencia única.

Otra plaza fundamental es la plaza de la Cisterna, en forma triangular. El suelo es de ladrillo en forma de espiga y tiene un bonito pozo en medio de la misma. Hay torres envolviendo el lugar y en esta plaza está la famosa heladería “Di Piazza”, campeona del mundo desde el 2006 hasta el 2009 en la disciplina de producción de helados. Todo el contorno es como retroceder varios siglos hasta la edad media.

Hay que deambular también por vía San Giovanni pasando por debajo del arco dei Becci. Es una calle repleta de tiendas y por supuesto de gente.

VOLTERRA

Volterra también está encima de una colina. Está bastante bien conservada puesto que en la antigüedad estaba lejos de los caminos importantes de tránsito. Su principal pilar económico es el alabastro. Compramos algunas figuras de este material en una de las muchas tiendas que hay.

Las carreteras y paisajes de esta zona de la Toscana no son tan impresionantes ni características, todo hay que decirlo.

En cuanto a los lugares más respetables, destaca la plaza dei Priori, rodeada de una serie de palacios medievales muy importantes donde está el ayuntamiento y varios museos. Una plaza de grandes dimensiones.

Por detrás de la plaza, aparece una de las sorpresas de Volterra, el Duomo de color blanco y negro y un baptisterio.

Seguimos el paseo por el parque Arqueológico. Es un pequeño parque donde dimos una agradable vuelta en uno de los pocos lugares verdes en los que hemos estado. Las vistas de la Fortaleza o Rocca, hoy día es una prisión, son geniales. No está de más visitar fuera de las murallas los restos del teatro romano.


Esta noche sería la última en Siena, y que mejor manera antes de partir que cenar en un restaurante de categoría. Decidimos cenar en la antica ostería “Da Divo”. Lugar idílico puesto que se encuentra en un edificio medieval y con fascinantes bóvedas de piedra de origen etrusco. La situación es buena puesto que está cerca del Duomo y de Il Campo.

Vino Chianti de 2007 y una botella de agua para beber. Plato de patés con embutido y queso. Posteriormente un bistec a la fiorentina de 1.100 kg para dos (4 € los 100 gramos). De postre un pastel de chocolate y un Vinsanto con carquiñolis. Un servicio exquisito como no podía ser de otra manera y hay que recomendarlo.