MONTMARTRE

Para llegar a Montmartre, a la parte más interesante, bajamos en la parada de metro Anvers. El funicular que sube hasta la colina donde está situada la gran basílica del Sacre Coeur, aparece justo al lado. Otra opción es subir por las escaleras al Sagrado Corazón donde abordan locales de raza negra para vender pulseras. Un poco agobiante.

Toda esta zona es muy bohemia y pintoresca. Hay que decir que este barrio fue cuna de los pintores impresionistas de París del siglo XIX con unas bellas y espectaculares vistas de París.

La basílica, de color blanco, está adornada con cuatro grandes cúpulas y de una arquitectura inspirada en los romanos y los bizantinos.

Muy cerca está la place du Tertre o plaza de los pintores. Repleta de evidentemente pintores que simplemente dedican el tiempo a pintar cuadros tan tranquilamente o a retratar a la gente que desea hacerlo. El turismo genera dinero y la plaza quizás ha perdido el encanto de décadas pasadas, pero es un punto colorido y ameno en el barrio. Interesante.

Bajando por rue Lepic, una calle tranquila, llegamos hasta la parada de metro Abbesses, de estilo «art nouveau». Para finalizar el paseo y el recorrido visitamos exteriormente el conocido Moulin Rouge, un cabaret tradicional situado en el barrio rojo de Pigalle en el boulevard de Clichy, al pie de la colina de Montmartre.

El cementerio de este sensacional espacio también es bastante destacado. De alguna manera la matinal había transcurrido por todo el distrito XVIII.

PARÍS SEÑORIAL

Posteriormente iniciamos un recorrido por el distrito IX de París. Una parte elegante y más bien señorial. Primeramente observamos la ópera Garnier, el edificio está compuesto por 11.000 metros cuadrados, tiene una capacidad de aproximadamente 2.200 espectadores y un extenso escenario para 450 artistas. Es un edificio muy vistoso de estilo monumental.

Justo detrás están las galeries Lafayette. El objetivo de entrar era más que nada para subir a la séptima planta que es donde está la terraza y poder disfrutar de las vistas de gran parte de París desde la altura. La gran mirada recae sobre el símbolo y emblema de París, la torre Eiffel. Todo esto de manera gratuita.

Ya con la tarde y con el frío bien instalado en la capital francesa, cambiamos de destino, en este caso al distrito XIII. Aquí está la avenida más famosa seguramente del mundo, la avenida de los Campos Elíseos. Tiene dos kilómetros de longitud y evidentemente comercios, cines y hoteles de primera categoría.

La avenida está custodiada al este por la plaza de la Concordia y al oeste por el gran arco del Triunfo. Este escenario es siempre punto final de la ronda francesa del Tour de Francia de la modalidad de ciclismo en carretera. Siempre en julio de cada año.

Arcos del triunfo hay muchos en el mundo, pero quizás el de París, sea uno de los más importantes por la historia de Francia. Este arco está ubicado en la plaza Charles de Gaulle-Etoile, al lado esta la estación de metro con el nombre de la plaza y de gran afluencia.

Fue mandado construir por Napoleón Bonaparte tras su victoria en la batalla de Austerlitz (1805). Inspirado en la arquitectura romana, alcanza una altura de 49 metros de alto y 45 metros de ancho. Posee una estatua en cada uno de sus cuatro pilares y destaca también la base del arco, con las inscripciones con los nombres de las batallas y la tumba del soldado desconocido.

Con la unión de doce avenidas, esta soberbia plaza, es la más grande del mundo.

Accedimos a la parte superior del monumento, donde se observa como se unen las doce avenidas en la plaza con una geometría casi perfecta. Hay vistas de toda la avenida de los Elíseos y la noria que hay justo al lado de la plaza de la Concordia.

A a lo lejos se divisa la zona de La Defense con su gran arco, la torre Montparnasse y por supuesto la torre Eiffel con iluminación nocturna. Un recuerdo inolvidable y el más destacado del día.