Hay que centralizarse en el país. Estamos en una esquina del mapa de Bulgaria y para tal tarea no queda mas remedio que conducir durante algo más de tres horas para recorrer más de 200 kilómetros. La conducción en casi la totalidad, más de un 80% de trayecto, es por carreteras nacionales, secundarias y hasta terciarias. La autopista la hemos utilizado en contadas ocasiones. Así que, a pesar de generar buena velocidad en ciertos momentos, hay ratos de cruzar ciudades, pueblos y por tanto de lentitud. En un aspecto general, el estado actual de la red de carreteras del país es de bien tirando a notable. Es posible encontrar algún bache o deterioro concreto en algún punto, pero es algo normalmente remoto.

Por otra parte, bien es cierto, que durante tantas y tantas horas de coche, cerca de cuarenta, disponemos entonces de imágenes raras, sorprendentes, diferentes y en general auténticas del país en global. Eso ya queda en el recuerdo y es imborrable.

La jornada queda planteada con reunirnos con la ciudad de Lovech en la parte más urbana del día. Seguidamente deseamos visitar la cueva de Devetashka y finalmente las cascadas de Krushuna para practicar un poco de senderismo y estirar las piernas. Tres lugares de transición, que objetivamente, pueden pasar desapercibidos. Con menor tiempo de viaje, son prescindibles.


LOVECH

Llegamos a Lovech y la primera hora la invertimos en un taller de reparación de vehículos a la entrada de la ciudad. Es hora de negociar medio en inglés y con gestos corporales, una matrícula antigua con la bandera de Bulgaria para la colección. Las nuevas solamente incluyen el símbolo de la Unión Europea. Objetivo cumplido.

El barrio nuevo y el barrio viejo, están conectados por un puente que es el motivo principal de acabar en Lovech. El puente cubierto sobre el río Osum, de estilo medieval y con coincidencias con el puente Vecchio de Florencia, es muy fotogénico y en el interior está repleto de tiendas de recuerdos.

Varosha es la parte más vieja de la ciudad, posicionada bajo la colina de Hisarya con casas típicas del resurgimiento nacional y con muchas banderas de Bulgaria en los balcones. Aquí hay que recomendar la taberna Varosha para comer barato y estupendamente. Es un buen lugar para pasear con calma callejeando.

La visita a la ciudad queda completada con la fortaleza de Hisar y muy cerca, visible desde cualquier punto, aparece la gran estatua de Vasil Levski, el gran líder revolucionario y héroe nacional que inició el levantamiento contra el Imperio otomano.

CUEVA DE DEVETASHKA

Bastante cerca, una visita corta, para conocer así la cueva de Devetashka. No es la típica cueva que penetra en las entrañas de la tierra con las tradicionales formaciones de estalactitas, estalagmitas y columnas. Después de cruzar el puente sobre el río Osum, aparece la entrada gigante a la gran cueva.

Como aspectos más distinguidos, tiene grandes orificios en el techo por donde accede la luz, hasta siete, diferentes estancias y un pequeño riachuelo. La altura de la cueva, con sesenta metros, es seguramente el dato más espectacular. La visita está reducida a una parte pequeña, debido a la presencia de una de las mayores colonias de murciélagos del país y que están naturalmente protegidos debido a que conviven numerosas especies diferentes.

Desgraciadamente y por suerte solucionado, en el año 2011, algunas escenas de la película «Los mercenarios II» del más que conocido Silvester Stallone, fueron rodadas en la cueva, generando un impacto sobre el hábitat de los murciélagos y hasta matando a un gran número de efectivos.

Las entradas en la gran mayoría de sitios del país, ronda entre las 3 levas y las 12 levas. Hay que tener en cuenta que en otoño, entre las 16:00 horas y las 18:00 horas como hora excepcional, todo está cerrado de cara al viajero. Conviene planificar bien el itinerario para no quedarse tirado en más de una ocasión sin ver algo que estamos esperando desde hace tiempo.

CASCADAS DE KRUSHUNA

Unas cascadas muy humildes. Cualquier comparación con otras puede resultar hasta una ofensa. Pero bueno, es la parte de más actividad y de ejercicio del día. Algo es algo.

Hay dos recorridos fáciles, uno que accede directamente a las cascadas para observarlas desde la parte inferior, apto para todos los públicos, es el recorrido de color rojo. De todos modos hay un cartel informativo sobre los senderos. El recorrido de color azul tiene más pendiente y longitud, va a terminar en la parte superior de las cascadas donde hay también unas simples cuevas y hasta otra cascada escondida sin mucha relevancia.

La zona en algunos sitios es tan húmeda y poco frecuentada en esta temporada del año, que por el camino encontramos varios tritones campando tranquilamente. Es aquí donde decidimos finalizar el día, en un hotel excelente, a medio kilómetro del inicio de las cascadas con una cena maravillosa. Hotel y relax Zone Cattleya. Muy bien y delante hay un parque para niños que con mejores condiciones de tiempo, es una vía de escape para dejarlos disfrutar.