SIGUIENDO A LOS CÁTAROS

De nuevo por tierras Occitanas, salida al país vecino siguiendo como siempre la estela de los cátaros por el sur de Francia. Castillos, abadías, pueblos medievales, buena gastronomía y notables vinos, esperan a buen recaudo.

Antes de iniciar el principal itinerario del viaje, hay que hablar de las suculentas demarcaciones del sur de Francia, en un espacio agotador de intereses para cualquier aficionado al viajar. La denominada «Cataluña del Norte», espacios como el Conflent, Vallespir o el mismo Rosellón, no pueden pasar desapercibidos en la parte más cercana a España.

El Vallespir tiene la población de Ceret como capital y pequeñas localidades como Prats de Molló, Arles sur Tech y espacios naturales como las gorges de la Fou.

La capital del Conflent es Prades y pueblos llamativos son Eus, Evol, Villefranche de Conflent y Mosset. Entre ambas comarcas aparece la montaña del Canigó.

Otros puntos determinantes aunque pertenecientes al Rosellón son Ille sur Tet con las orgues como capricho de la naturaleza destacado y Castelnou. En este caso la capital es Perpiñan.

CHATEAU DE SALSES – NARBONNE – MINERVE – VILLENEUVE MINERVOIS

La autopista de Francia (A9) conocida como “La Catalana”, es el acceso para vehículos a motor más tradicional para entrar en territorio francés. El primer destino y parada breve es en la misma autopista, en el área de descanso “Chateau de Salses”. Esta fortaleza sin tener nada que ver con la historia de los cátaros, es una interesante parada en el camino para estirar las piernas y visitar el castillo siguiendo un sendero marcado y señalizado.

Narbona es el siguiente destino afincado en el departamento de Aude, un importante lugar en la Galia. Sin ser una ciudad apasionante, bien merece un pequeño recorrido paseando por el canal de la Robine y visitando las calles más centrales con la catedral y plaza del ayuntamiento como lugares destacados.

Esta ciudad tuvo un papel secundario en la cruzada y por tanto tampoco extendimos demasiado el periplo.

La visita más interesante del día y probablemente de la escapada es Minerve, catalogado como “Les plus beaux villages de France”, uno de los pueblos más bellos de Francia. Situada en el departamento del Herault y en el llamado Minervois (región natural de Francia). Minerve está catalogada como de gran importancia durante la cruzada Albigense o Cátara.

Este pueblo típicamente medieval está situado encima de una meseta rocosa, rodeado de gargantas y por los márgenes fluyen el río Brian y el río Cesse. Es decir, un entorno estratégico y espectacular. De hecho de la fuerza y proyección del agua, el río Cesse, ha originado puentes naturales.

Este pueblo era un refugio importante de cátaros y caballeros faidits. En 1210, Simon de Montfort, principal protagonista de la cruzada, intentó el asalto a la población aunque dado su enclave, murallas y castillo defensor, era tarea complicada, harto complicada.

La estrategia consistió en asaltar la población por el río Brian, cuatro catapultas fueron instaladas para iniciar un asedio de siete semanas de duración. Tres catapultas apuntaban a la puerta de la ciudad y una catapulta, llamada “La Malvoisine, mala vecina” en el otro extremo con el objetivo de destruir el pozo.

Para el funcionamiento de esta catapulta eran necesarios diez caballos, cien hombres y lanzaba entre uno y dos misiles de la época por hora de unos 150 kg de peso.

El vizconde de Minerve, Guilhem de Minerve, firmó la rendición. A partir de aquí unos 150 perfectos cátaros que no quisieron abjurar de su fe, fueron quemados en la primera hoguera colectiva de la cruzada. La última fue en Montsegur.

En la actualidad, visitar la población, evoca a tiempos pasados y siempre una visita de profundo respeto. Los sitios más destacados son la plaza de la iglesia, donde hay una escultura de piedra con una paloma alzándose al vuelo (paloma de Luz) en recuerdo de los cátaros. La calle de los Mártires, donde supuestamente caminaron los cátaros hasta la hoguera en su último recorrido, es bastante solemne.

Incluso hay una recreación de la catapulta más demoledora.

Supuestamente, a seis kilómetros de Minerve, dirección Fauzan y cerca de Fournes, hayamos la “Curiosité de Lauriole” o “la Côte qui Descend”. La carretera a la vista hace subida pero misteriosamente al poner punto muerto en el vehículo este empieza a avanzar. Encontramos los letreros indicadores de tal fenómeno pero no hubo manera de localizar el punto exacto donde iniciar este experimento. Fracaso absoluto.

Como punto de pernoctación, decidimos utilizar la población de Villeneuve Minervois, en el departamento de Aude y famosa por sus trufas. Un pueblo tranquilo y sosegado situado cerca de Carcassonne entre otros lugares de interés.

CASTILLOS DE LASTOURS – SAISSAC – CARCASSONNE – CABRESPINE – CAUNES MINERVOIS

Al salir de Villeneuve Minervois y dirección Lastours, hay un bonito molino de harina en una pequeña colina en en la carretera muy fotogénico. Más adelante, en la misma carretera, encontraremos el desvío a la gruta (grotte) de Limousis, una de las más importantes de la zona.

Los castillos de Lastours están situados en una alta colina de la población de Lastours y son considerados monumento histórico. El pueblo en general es tranquilo y concurrido por el río Orbeil. Existe la opción de realizar un camino andando hasta prácticamente acariciarlos o ir hasta un sensacional mirador (belvedere) en vehículo.

Desde la panorámica, hay una excepcional vista de los cuatro castillos. De izquierda a derecha están los castillos de Cabaret, Surdespine, la Tour Régine y Quertinheux.

Durante tiempo, los señores de Cabaret, dueños de tales lugares, mantuvieron un fuerte arraigo con los fieles al catarismo. De aquí que numerosos cátaros vivieran en pueblos cercanos a la zona de Lastours. Por todo esto, Simon de Monfort, realizó numerosos asedios a los castillos y tierras.

Otra población importante en la época es Saissac. Un pueblo situado en cierta altura y por tanto un bonito balcón o mirador hacia la garganta del Vernassonne, la llanura de Carcassonne y Castelnaudary. Estamos en la zona conocida como la Montagne Noire (Montaña Negra) que es el límite del Minervois por la zona norte.

El castillo, que tuvo relación con el catarismo, curiosamente no está situado en lo más alto de la población sino en su parte más baja, en la zona del barranco. Un paseo por la población permite conocer su iglesia y su entorno medieval.

El pueblo dispone de dos bonitos miradores donde hacer buenas instantáneas. Durante un largo periodo, el castillo y tierras pertenecieron a Bertran de Saissac, un noble señor occitano muy involucrado al catarismo y de gran repercusión.

Lógicamente también fue atacada durante la cruzada y fue poseído por Simon de Monfort.

Para comer, aunque ya conocemos Carcasona, decidimos alcanzar de nuevo la parte de la ciudad medieval que siempre es un agradable placer. Más tarde, iniciamos el camino hasta de la cueva de Cabrespine (Gouffre Geant de Cabrespine).

La cueva es relativamente pequeña y durante la visita hay una especie de festejo con música y luces algo extraño pero curioso. Para los más atrevidos existe la posibilidad de contratar un “safari” para visitar galerías y grutas sólo accesibles por el río al más puro estilo aventurero.

El último alto en el camino, aprovechando los últimos momentos de sol, es el mejor momento para asisitir a Caunes Minervois para contemplar la abadía y callejuelas. Una localidad también conocida por sus minas de mármol, de hecho, en el pueblo hay numerosas esculturas realizadas con dicha roca.


Quiero dejar un enlace a una página web que tiene mucha información sobre el sur de Francia y la ruta de los cátaros. Este sitio es muy práctico y ha servido de mucha ayuda para planificar las jornadas por el Languedoc- Rosellón. www.xtec.cat/~apalau12/indexcas.htm