VARSOVIA

En la época que visitamos Polonia, en diciembre, oscurece muy pronto. A eso de las cuatro de la tarde más o menos ya es noche cerrada en estos países del este y centro del continente.

Después de aterrizar en el aeropuerto de Modlin, tocaba un traslado en autocar hasta el centro de la ciudad para recorrer la distancia de medio centenar de kilómetros. Ya estamos afincados en Warszawa.

El alojamiento para una noche estaba posicionado en el barrio de finanzas y de negocios, bastante cerca del palacio de la cultura y de la ciencia (Palac Kultury i Nauki). Un edificio sublime y enorme con poca aceptación de los polacos dado que es una construcción de la época comunista.

En esta zona aparecen amplias avenidas como por ejemplo Marszalkowska o Aleje Jerozolimskie, y es también donde está la estación central de trenes de Varsovia. Así que es un punto nervioso del núcleo urbano con bastante movimiento tanto de día como de noche.

Iniciamos el recorrido hacia la ciudad Vieja, en idioma local Stare Miasto. El itinerario debía proseguir por el antiguo camino o ruta Real (Trakt Królewski). En siglos pasados era utilizado por la realeza para trasladarse de su residencia en el castillo Real hasta las afueras de la ciudad. Hoy en día tiene diferentes nombres durante todo su extenso recorrido y es un foco turístico y comercial de la ciudad. Los nombres más importantes de la calle son Nowy SwatKrakowskie Przedmiescie, muy cerca del centro principal.

Como dato importante, por estas calles o avenidas, están los lugares más emblemáticos de la ciudad concurriendo iglesias, edificios y diferentes monumentos de interés. Sorprende la extrema limpieza de las calles y las numerosas librerías y locales de arte en general.

Finalmente alcanzamos la plaza del Castillo (Plac Zamkowy), evidentemente alberga el castillo Real y  la columna de Segismundo III Wasa (Kolumna Zygmunta III Wazy). Todo esto es una nueva Varsovia, reconstruida después de ser aniquilada más de un 75% por los nazis en un asedio sin precedentes después del alzamiento de Varsovia. Fue pura represión.

Adelante con la caminata, el sentido lógico indica seguir por la calle Ul. Swietojariska. Más tarde descubrimos la plaza del Mercado de la ciudad Vieja (Rynek Starego Miasta) de forma cuadrada, edificios coloridos con buhardillas y donde encontramos también la figura de la Sirena. Hablamos de una fuente manual y símbolo de la gran Varsovia. Es el punto central del centro histórico y la más antigua de la capital, evidentemente fue completamente destruida también, en este caso por la Luftwaffe, por las bombas de la fuerza aérea alemana.

Con el mismo sentido y dirección llegamos hasta la Barbacana (Barbakan), una estructura de ladrillo rojo con un puente con acceso directo a la ciudad Nueva (Nowy Miasto). Aquí hay numerosas tiendas de antigüedades con supuestamente objetos de la Segunda Guerra Mundial. Algunos muy curiosos e otros intrigantes, como trajes de soldados alemanes, cascos de militares, insignias alemanas, máscaras antigás, sellos para rubricar cartas nazis… Merece la pena pasar y tal vez comprar algún recuerdo si tenemos muestras verdaderas de su originalidad.

Después del puente y a mano izquierda, aparece el monumento al Pequeño Insurrecto, que es la estatua de un niño con un arma en las manos y representa o conmemora, la participación de los niños en el levantamiento de la ciudad en el año 1944.

Los siguientes puntos del recorrido por la ciudad resultaron algo menos interesantes, llegamos hasta la plaza de la ciudad Nueva (Rynek Nowego Miasta) por la calle Ul. Freta. Posteriormente por Ul. Koscielna topamos ante un mirador con el río Vístula debajo y el barrio de Praga en la otra orilla.

Para volver a los aledaños del hotel para cenar y dar una vuelta nocturna para tomar alguna copa decidimos utilizar un taxi. Negociamos un precio por muy poco dinero.

Es importante decir, que nuestro hotel, estaba situado en la zona del antiguo gueto de la ciudad polaca. Aún se conservan pequeños indicios o lugares de memoria, recordatorios o monumentos a las víctimas. La delimitación era la siguiente: Al norte Ul. Slominskiego, al oeste Okopowa y Toworowa, Generala Andersa y Marszalkowska al este y Aleje Jerozolimskie al sur.

Había instalados muros de tres metros de altura y dieciocho kilómetros de largo en los distritos de Muranow y Mirow. Durante aquellos años la mayoría de residentes fueron enviados al campo de exterminio de Treblinka (Polonia).