AGRA

La ciudad de Agra en Uttar Pradesh, junto con la capital del país, Delhi y la capital del estado del Rajasthan, Jaipur, forma parte del conocido destino turístico llamado «triángulo dorado».

En un par de centenas de kilómetros entre las urbes, donde prácticamente forman un triángulo idéntico en distancias, hay tres destinos de los más visitados del país. De alguna forma unas diferencias tan cortas en un país tan grande, favorece claramente el turismo porque no hay desplazamientos muy pesados.

En este caso Agra es llamativa por albergar una de las siete maravillas actuales del mundo moderno, el gran Taj Mahal. Otro aliciente también de gran belleza por conocer es el fuerte Rojo de la ciudad, con unas vistas más que excelentes del mismo Taj Mahal y del río Yamuna.

Todos los turistas tanto nacionales como extranjeros, aún de noche y a la intemperie, tienen una cita en la cola del recinto del Taj Mahal para pasar el dispositivo de seguridad. Algunos indios mal educados no entienden de colas, no saben que significa esta palabra. Afortunadamente, es el día nacional del patrimonio y todas las visitas son gratuitas, así que ahorramos un buen dinero en los dos complejos por visitar. Un poco de suerte tampoco viene mal de vez en cuando.

Queda claro que observar por primera vez este enorme complejo funerario por primera vez es de las mejores experiencias viajeras. Está como suspendido en el aire y es que por la parte posterior únicamente existe el río Yamuna, no hay edificios, únicamente un parque a modo de mirador para admirar el atardecer. El blanco impoluto del mármol es tan limpio que desde lejos cuesta adivinar, no es una broma.

Tampoco es necesario describir todo el mausoleo con la cúpula blanca, que es la parte más espectacular, todo el recinto es enorme conteniendo todo tipo de edificios, jardines y hasta una mezquita. El río Yamuna con niebla matinal a la espera de los primeros rayos del sol, ofrece un refugio tranquilo en un entorno más que sagrado. Solamente el viaje a India ya merece la pena y está más que amortizado con la visita a este singular lugar. Justificado.


Alerta! Cuidado con según que gente con intereses ocultos por todo el país, en este caso un individuo en la mezquita del Taj Mahal quería acercarse con la excusa de una fotografía para intentar obtener servicios sexuales. Así que no perder nunca la alerta y mucho menos si vamos con menores.

Seguimos la matinal, ya después de amanecer y desayunar, con el guía para acceder al fuerte Rojo de Agra. Un gran fuerte típico del norte de India bien amurallado con todo tipo de estilos en el interior, desde complejos hasta simples.

Palacios y edificios señoriales esperan en el interior y quizás otro reclamo son las vistas al río Yamuna y al Taj Mahal, con numerosos efectos ópticos desde los ventanales. Pura belleza.

En cierta manera ya estábamos un poco saturados de fuertes y palacios, así que la experiencia en el último fuerte a visitar no fue la más grande, eso si, no quita la exuberancia al lugar. Por todo el Rajasthan hay fuertes, así que no hay que preocuparse.


Información! Otro tema delicado son los precios de las entradas para los monumentos. Hay un precio estipulado para el extranjero y otro para el nacional. Es notable la diferencia económica de la gente pero por ejemplo el Taj Mahal cuesta 1.000 rupias y 40 rupias respectivamente.

TREN NOCTURNO A VARANASI

Desde el momento inicial del viaje al país de Asia, queríamos tener la experiencia de viajar en un tren nocturno. Por mi parte, un documental sobre trenes en Bombai, fue el detonante para querer visitar un país tan diferente como India. Así que dicho y hecho, desde Agra viajaríamos en tren nocturno hasta Varanasi para completar un recorrido de 600 kilómetros con unas 10 horas de duración más o menos.

Hay diferentes formas de viajar en el tren, desde más cómodas a más sufridas, ya depende del presupuesto o de la forma de viajar de cada sujeto. Viajamos en tercera clase en un vagón con una cama individual con aire acondicionado y con sábanas limpias. La verdad es que al ambiente es bastante bueno y por cada habitáculo había ocho camas. Por la noche refresca bastante por el aire y es cierto que es mejor llevar tapones porque hay gente que ronca demasiado. Los billetes fueron reservados desde la agencia y no son demasiado caros, así que hasta quizás era mejor viajar en una categoría superior.

Respecto al tema de los monos, las ratas y todo tipo de personajes en los andenes, ya estábamos inmunizados después de nuestro recorrido por el Rajasthan. Pero está claro que escrupulosos y finolis deben abstenerse de este tipo de aventuras porqué hay situaciones que no son normales en occidente.

Por suerte el taxista y algún vendedor ambulante, ayudaron a localizar el tren y el vagón exacto porque es verdaderamente difícil situarse, no coinciden demasiado los números de los billetes con el tren. Pero bueno, una vez instalados, apareció el revisor indicando nuestros nombres y todo arreglado. También en cada vagón hay un responsable que ayuda a encontrar la cama otorgada. Menuda experiencia, ¿no?. Brutal.

Por cierto, la estación de tren para ir hacia el este del país, estaba en este caso a más de una hora del centro de Agra, para recorrer muy poca distancia el tiempo pasa volando, es agotador. Por lo menos el taxista estuvo a nuestro lado hasta subir al tren, una propina merecida para el hombre.