BUDA

A primera hora de la mañana, en un día de niebla y humedad elevada, caminamos por las orillas del río Danubio por la parte de Pest para ver el monumento de los zapatos, muy cerca del parlamento de Budapest. Recuerda y rinde homenaje a personas judías que resultaron asesinadas en ese punto del río, bien por un disparo, ahogados o por hipotermia. Hay una fila de diferentes tipos de zapatos oxidados y ofrendas en memoria de las víctimas.

Por esta parte hay desde bien iniciado el día puestos para reservar un paseo por el importante río o realizar otro tipo de excursiones. Cruzamos el puente de las Cadenas otra vez, el más representativo y famoso de la ciudad, para conocer toda la parte de Buda. A la colina conviene subir tanto de día como de noche, para apreciar así toda la ciudad iluminada.

Para ascender evidentemente es posible hacerlo por un sendero caminando, en funicular o en unos autobuses pequeños que van parando en determinadas estaciones. En la misma plaza después de atravesar el puente está todo muy bien indicado y con puntos de información.

Esta parte baja de Buda es el distrito de Vizivaros. Decidimos ascender en funicular y una vez en la cima las vistas de todo Pest son extraordinarias. Destaca por supuesto el parlamento y la basílica, ambos con la misma altura de 96 metros. Representa que el estado y la iglesia tienen el mismo poder y ningún edificio puede superar tal altura.

Tras salir de funicular encontramos el palacio Real, en la actualidad es un compendio de afamados museos. El acceso es gratuito excepto en los edificios civiles, donde la galería nacional (Magyar Nemzeti) es el más importante concentrando todas las obras maestras de la pintura húngara. Recorrer todo el conjunto exterior es imprescindible y precioso, las vistas del río Danubio y del conjunto de la ciudad son memorables de nuevo.

En el lado contrario del funicular está la residencia oficial del presidente del país, el Sandor palota, una parte bastante protegida y con soldados custodiando la entrada. Un ir y venir de vehículos oficiales en un espectacular palacio.

La visita a la colina de Buda debe continuar imperiosamente por el barrio del castillo, el apodado como Varnegyed. Calles adoquinadas, monumentos históricos, casas señoriales y muchas sorpresas más, esperan en esta parte elegante y que recuerda al barrio del castillo de Praga en cierta medida.

Los símbolos más importantes de la visita a este notable barrio son la iglesia de San Matías y el bastión de los Pescadores, el Halaszbastya. La entrada a la iglesia parroquial desgraciadamente es de pago y el bastión es un enorme mirador a Pest con torres y almenas ubicado en el camino de ronda.

Otros lugares bastante hermosos para pasear y menos congestionados de gente son las calles Uri Utca y el Toth Arpad setany. El primero es «la calle de los Señores», donde residían nobles y ricos. El segundo es el paseo de las murallas, un mirador de toda la silueta de Buda en el lado contrario al río Danubio. Por las inmediaciones de este paseo existe el secreto mejor guardado de la colina, el hospital en la Roca o Sziklakorhaz. La visita es mediante visitas guiadas en inglés o húngaro a determinadas horas para conocer un hospital habilitado prácticamente secreto y hoy en día muy popular para el visitante.

La visita puede completarse con el Laberinto, una serie de grutas naturales con fines militares que hay por las entrañas de la colina.

Para tomar un café o un agradecido pastel, existe una pequeña cafetería con cola a prácticamente todas las horas del día fundada desde el año 1827. Café Ruszwurm, cerca de la iglesia de San Matías.

BARRIO JUDÍO

El distrito número siete de Budapest es el barrio judío, Erzsebetvaros. Es necesario indicar, que los distritos de Budapest son en forma radial, como sucede en la organización de los distritos de París. En la actualidad es muy agradable pasear por todos los rincones y es donde vamos a encontrar las mejores casas de cambio y los restaurantes más baratos.

Curiosamente en Budapest hay una gran comunidad judía, pero paralelamente es muy difícil observar a los ortodoxos por la vía pública. Son bastante reservados y realizan la vida de manera bastante privada. Hay algún restaurante judío kosher, cafeterías y tiendas. Durante la Segunda Guerra Mundial los nazis establecieron otro gueto, estaba delimitado por las calles Dohany y Karoly Krt, Kiraly, Csanyi y Klauzal, obteniendo así una forma de triángulo.

El centro del antiguo gueto es el pasaje Gozsdu Udvar, en los días actuales es una zona peatonal, hervidero de vida diurna y nocturna con muchos artesanos que venden productos verdaderamente interesantes. Hay entrada desde la calle Kiraly y Dob. Es de un gran ambiente, una verdadera delicia.

La gran sinagoga de Budapest es visita imprescindible, en efecto es la segunda más grande del mundo tras la de Nueva York. Está en la calle Dohany Utca y contiene un cementerio visible desde el exterior. De igual manera un monumento dedicado a judíos fallecidos en las dos guerras mundiales, está detrás de la gran sinagoga con un sauce llorón de metal como elemento de homenaje con nombres de judíos muertos inscritos en las hojas.

Sinagoga Budapest

La otra gran atracción y una moda que atrae a propios y extraños, tanto a locales como a turistas, son los meramente conocidos como «bares en ruina». Una tendencia en donde almacenes o edificios abandonados, prácticamente en ruinas y como bien indica la palabra, han sido decorados con todo tipo de objetos de manera extravagante. Son locales para tomar copas o comer comida rápida. Suelen tener muy buenos precios y aportan a la ciudad mucha vida nocturna. El de más renombre es el Szimpla Kert, ubicado en la calle Kazinczy.

Y como la ciudad es muy bonita y las distancias son más bien cortas, decidimos caminar hasta la avenida Andrassy y alcanzar la ópera de la ciudad, en el barrio de Terezvaros. Está avenida es la más amplia y larga de Budapest al más puro estilo Campos Elíseos de la capital de Francia. Es la parte más cultural de la ciudad. Desde aquí y de nuevo a pie iniciamos el camino inverso hasta el alojamiento.