INVERARAY – LUSS – EDIMBURGO #181km#

Seguimos con las cuatro estaciones presentes a diario, la variedad de colores de Escocia no es gratis, es un peaje que hay que pagar. Lluvia, niebla, frío y sol en una ruleta continua.

Pasear por Inveraray es muy placentero, fachadas de color blanco y negro en la misma ribera del lago Fyne, un entorno muy bonito de este pueblo del oeste del país.

En Inveraray sobresale por encima de todo el castillo de Inveraray. Una obra excepcional en combinación de estilo barroco y gótico, construido con un material de piedra gris generando unas tonalidades increibles, muy logrado. Sede de la familia del Clan Campbell y erigido para el duque de Argyll.

El castillo es visible desde un puente que hay en la carretera principal, ahora bien, conviene por lo menos pagar la entrada para ver los jardines y pasear en uno de los castillos más valorados y representativos de Escocia. Existe la posibilidad de subir a la cima de una colina propiedad del castillo a modo de gran mirador, debe ser algo perfecto a nivel de paisaje, pero no hay tiempo para más.

Contiene además obras de gran calidad y de un valor incalculable, incluida una exhibición de armas. Bandera a media hasta por la muerte de la reina Isabel II.

Camino del este del país, de la gran Edimburgo, entramos de nuevo, en este caso por el oeste, en el parque nacional del Lago Lomond y los Trossachs. En el inicio del viaje bordeamos el gran parque por la parte del este aunque sin indagar demasiado, teníamos otros objetivos prioritarios.

El lago Lomond, por superficie, es el mayor de la isla de Gran Bretaña y segundo en volumen después del gran lago Ness. El lago tiene la particularidad de disponer de numerosas islas dispersas por el agua, algunas con ruinas antiguas de cierto interés.

Una población muy famosa, publicitada y aclamada en cualquier diario de viajes es Luss. Esperábamos algo más destacado, es un pueblo con encanto, no cabe duda, posiblemente el día con sol ayudaría más, pero después de toda una ruta por las Highlands, pues es algo más bien con nota de aprobado. Algo que he notado en Escocia, y puede ser una equivocación, es que no tiene pueblos. como Italia, Francia o hasta España en cuanto a belleza, en paisajes es otra historia.

Entre las actividades a realizar en el lago Lomond, cualquier excursión en barco es interesante. Destacaría del pueblo las llamadas «cottages», antiguas casas de los trabajadores de la cantera y del molino local, muy bien cuidadas y con detalles notables. La iglesia parroquial con un exquisito cementerio con una lapida vikinga también es algo a observar. Por lo demás, un paseo por el río y por la orilla del lago que define a toda esta demarcación es algo muy habitual por ejercer en Luss.

Estamos de acuerdo en que el lago Lomond es de relevancia en Escocia, debe albergar lugares espléndidos de naturaleza, es incluso un parque nacional, pero el viaje ha insistido más en las tierras altas de Escocia y tampoco hemos profundizado demasiado en este terreno. A pesar de todo, el lago Ness, seguramente el gran competidor, es bajo nuestra humilde opinión, superior por muchas circunstancias.

EDIMBURGO


La ciudad del este de Escocia, recibe el sobrenombre de «Atenas del norte» y figura como una de las capitales más destacadas de Europa. Está dividida en dos partes, el casco antiguo «old town» con calles empedradas, callejones y patios con carácter muy medieval. El otro barrio, la ciudad nueva «new town», con una amplia arquitectura georgiana. Entre ambos terrenos, restan los jardines del «Princes street gardens», el típico auxilio verde al margen del bullicio de toda la ciudad.


Entrar a Edimburgo con vehículo propio es una hazaña importante, una gran satisfacción. Un sueño hecho realidad.

En las inmediaciones de Glasgow, en una carretera, reparamos el pinchazo para contar con más tranquilidad en caso de tener de nuevo mala suerte y sufrir otro percance similar. Aún quedan muchos kilómetros para aparecer en casa y más vale tener una rueda de repuesto en condiciones. Por 10 libras en un taller de barriada, tema resuelto.

Edimburgo es la peor ciudad del mundo entero para visitar con vehículo, en caso de auto caravanas grandes es un serio problema. La zona de pago, tiene el módico precio de 6 libras por hora, una absoluta estafa. Hay una zona central que lógicamente abarca el centro principal y otra zona que engloba el centro ampliado. De lunes a viernes todo es de pago hasta bien entrada la tarde. El fin de semana, por lo menos, el centro ampliado es gratuito. Así que mejor programar la visita a la ciudad siempre en fin de semana en caso de viaje con coche propio o hasta de alquiler. Muy mal la iniciativa de esta ciudad, en nuestro caso, las máquinas de pago encima no aceptan tarjetas y la aplicación de móvil no funciona, tampoco tenemos tantas monedas sueltas. Así que obviamente aparcamos sin ticket y denuncia al canto que por supuesto hacemos caso omiso, es la segunda del viaje, la primera en Portree, isla de Skye.

Si a todo esto sumamos que los preparativos de la operación «unicornio» por la muerte de la reina, está en pleno proceso, la ciudad es un absoluto caos de circulación en cuanto a restricciones y prohibiciones. Estamos en Edimburgo en un momento, en un acontecimiento histórico, pero todo es muy agobiante.

Como siempre en una gran ciudad, optamos por contratar el típico free tour por la ciudad vieja, la «old town». Un tour normal, la chica con conocimientos básicos y encima la filosofía de este tipo de servicios está algo tergiversada. Un free tour abarca a mucha gente debido a que en principio es gratis, dependiendo de la satisfacción del cliente, la propina es más o menos dependiendo de varios factores. Pero hoy día, en cualquier tour, ya te indican el mínimo a pagar casi con obligatoriedad al inicio de los servicios. Llevamos bastantes viajes y free tours, entregando 20 €, 15 €, 10 € y hasta 5 € o nada por cientos de motivos. En vez de exigir dinero, proponer comentarios en redes sociales sólo positivos, dejar mensajes políticos, tasas por comisiones, visitas con fines publicitarios y lucrativos o demás tonterías, es mejor explicar bien y seguro que el dinero recibido es mucho mayor.

Catedral de Saint Giles: Es una iglesia en realidad, no tiene el titulo de catedral y construida a partir del siglo XII. Un edificio emblemático de la ciudad en pleno centro viejo y cerrado al publico con motivo de los preparativos religiosos por la muerte de la reina Isabel II.

En los adoquines de la Royal Mile de Edimburgo, delante de la catedral, es curioso el mosaico en forma de corazón conocido como el corazón de Midlothian, un letrero señala el lugar donde estaba instalada la antigua prisión de Tolbooth. Aquí, los habitantes de la ciudad, tenían cita para presenciar los ahorcamientos públicos y escupían a los condenados antes de entrar al penal. En teoría es habitual escupir en el corazón, algo asqueroso pero factible y permitido.

Mercat Cross: Una estructura octogonal, que señalaba el lugar donde era celebrado el mercado semanal. La construcción está coronada por un unicornio encadenado, el animal mitológico de Escocia. Espacio también de ejecuciones públicas y de anuncios a la población, como por ejemplo, la convocatoria de elecciones generales o la sucesión de nuevos monarcas como sucedía en Edimburgo. El cardo, por otra parte, es la flor nacional del país.

Museo Nacional de Escocia: Un viaje a través de Escocia del pasado al presente y con entrada gratuita. Explorar una colección con más de 10.000 objetos valiosos, donde el gran tesoro son las piezas de ajedrez de Lewis, del siglo XII, talladas en gran mayoría con marfil de morsa y hallado en la isla de Lewis, Escocia.

Cementerio de Greyfriars: Un cementerio con algunas de las historias y leyendas más macabras de Edimburgo en más bien un parque público que un lugar de reposo. Los parques en Edimburgo son privados, utilizados por la comunidad de vecinos que pagan por este servicio, están cerrados y el acceso es mediante llave. De tal manera, que los impecables cementerios, son utilizados como parques públicos. Greyfriars es un recinto que emana cierta paz a pesar del trasiego de visitantes.

El camposanto está ligado a la historia del perrito Bobby, un terrier que permaneció junto a la tumba del amo después de fallecer. Este señor era el encargado de vigilar el cementerio por la noche debido a las exhumaciones ilegales por parte de unos bandidos que traficaban con los cuerpos. Es curioso ver algunas lapidas como están protegidas con materiales contundentes para evitar tales episodios. Delante de la iglesia histórica hay una estatua en recuerdo al can (1858 – 1872).

En el exterior del cementerio, hay una pequeña estatua a modo más turístico y varios locales donde tomar algo en una zona muy animada de la ciudad, está en pleno corazón de la ciudad vieja.


La ciudad vieja de Edimburgo tiene la consideración de patrimonio de la humanidad desde el año 1995. Es la seña de identidad de la capital y está construida sobre un promontorio rocoso, de nombre (crac and tail). La arteria principal y de tipo monumental es la Royal Mile, una vía recta que es el principal sector turístico de la ciudad y que divide el casco antiguo en dos partes. La Milla Real tiene la longitud de 1.814,2 metros y conecta el gran castillo de Edimburgo y el palacio de Holyroodhouse, la residencia de la familia real. El castillo guarda la corona, espada, cetro escoceses y hasta la piedra del destino, es todo un conjunto monumental de una gran dimension.

Concretamente y para ser precisos, en la «old town» el castillo domina el alto de la roca y por la cresta de la cola desciende la Royal Mile hasta la residencia real. Por motivos fúnebres, ambos espacios únicos de Edimburgo están cerrados al público. Desde los diferentes miradores de la ciudad es apreciable esta arquitectura.

Esta gran avenida, cambia de nombre en diferentes ocasiones, Canongate, High Street, Lawnmarket o Castle Hill, que a fin de cuentas son espacios o distritos del mismo barrio viejo. Para completar el recorrido por este eje vertebrador, hay que admirar algunos de los antiguos callejones (closes) y patios (courts), que son espacios adyacentes de la Royal Mille que cortan en perpendicular y ofrecen un punto de silencio y calma, algunos están cerrados al público, son de uso privado. Advocate’s close  o Lady Stair’s close, son muy interesantes. Todo un puzzle por descubrir.


Grassmarket: Una plaza de ejecuciones públicas en antaño, ligada más bien a episodios de delincuencia y mala vida. Subordinada al castillo de Edimburgo, de tipo rectangular y repleta de locales de ocio, muy pintoresca y con edificios antiguos con fachada de piedra. Típico lugar donde narran numerosas historias a modo de leyenda y que hacen referencia los nombres de la mayoría de pubs. «The last drop», el último trago antes de ser ejecutado o el mismo «Maggie Dickson’s», con la historia de esta muchacha conocida como la medio colgada. La plaza tiene en el suelo en los adoquines un dibujo de una horca y los fines de semana suele ser lugar de reunión por el mercado artesanal y alimentario.

West Bow y Victoria Street: Uno de los tramos más bonitos posiblemente de Edimburgo, del casco viejo, es la unión de las calles West Bow y Victoria Street. Es una subida o bajada, dependiendo del sentido, en forma de curva que conecta Grassmarket con el puente George IV. La calle tiene dos niveles, así que es incluso posible acceder también desde la Royal Mile hasta la parte superior a modo de terrazas o balconada.

La parte inferior, que congrega a numerosos locales de todo oficio, es la más llamativa por las fachadas de colores que otorgan un carácter especial a la avenida.


A pesar de que hoy en día Edimburgo goza de gran solera, siglos atrás, en el casco viejo, había hacinamiento, confinamiento y todo estaba abarrotado de gente en términos literales. Tanto es así, que había ciertas enfermedades tales como la peste o el tifus que tenían vía libre en la ciudad. Unas condiciones lamentables debido a que no había un sistema de salubridad y todos los residuos humanos eran tirados a la vía pública.

Algo singular de la ciudad vieja es el color ennegrecido y sucio de muchos edificios, un tono de decadencia absoluta. Las chimeneas que copan los tejados de los edificios son las autoras materiales de tal obra. Es la silueta del casco viejo, chimeneas y más chimeneas. 


Es obligatorio caminar la Royal Mile al completo. Es un pecado no hacerlo, desde el castillo hasta el palacio de Holyroodhouse. El parlamento, el ayuntamiento y estatuas en la vía pública de personajes históricos de Escocia esperan por el trayecto, además de rincones o espacios especiales. Es necesario una eternidad para ver toda la ciudad.

Rendimos homenaje a la fallecida reina Isabel II en el palacio rodeados de multitud de personas y cenamos en la ciudad nueva a precio desorbitado, es lo que tiene el Reino Unido. Es la última noche y hay que disfrutar de la vida.

Si el tema de aparcar es un problema en la ciudad, el tema de dormir en furgoneta no es cosa menor. Después de ver algún punto de pernocta en aplicaciones que no cumple con las expectativas, salimos del centro para acabar en un camping muy caro, con instalaciones aceptables pero que dormimos en el exterior y tienen el poco detalle de cobrar el mismo precio que por una parcela. Es cierto que llegamos tarde, de madrugada, pero por estacionar en la vía pública, en el exterior del camping, no tiene sentido cobrar igual que una parcela a pesar de utilizar los servicios. Camping en Marine Drive, 35. Más de siete kilómetros de distancia del centro principal.