CALGARY BAY – CRAIGNURE – OBAN – KILCHURN CASTLE – INVERARAY #166km#

Un día que debía ser apacible por la isla de Mull, sin prisas, con tiempo suficiente para indagar por cualquier recoveco de la rural isla, además incluso madrugamos bastante, sucede un imprevisto que modifica un poco todo el plan.

El programa de la jornada es bordear la isla por la parte occidental por la carretera excepcional B8073, uno de los tramos más apasionantes de todo el viaje. Un asfalto de tipo lento, con «passing place» cada pocos metros, suerte que el tráfico es muy escaso. Aún así, las distancias en tiempo son largas aunque la atención está más que asegurada por la belleza de todo el entorno, único. Salimos desde el perfecto punto de pernocta en la bahía de Calgary.

Aún estamos pensando en incluir alguna excursión en barco desde las inmediaciones de la isla de Ulva, o incluso acceder en un pequeño trayecto en barco hasta esta misma isla para hacer algo de senderismo.

Después de ver los precios y duración para alcanzar los puntos más destacados de este tramo de costa como puede ser la isla de Staffa, más el fresco que ofrece el clima, declinamos por completo tales opciones. Mucho más cuando es muy difícil o imposible ver animales salvajes como los llamativos frailecillos, que ya han marchado a otro lugar quién sabe dónde. Un objetivo del viaje que por desgracia deberá esperar a otro viaje. En el aparcamiento para partir a la isla de Ulva o las islas más lejanas, hay un punto para tomar buen café o almorzar algún tentempié.

Antes de llegar a la zona del embarcadero, un ruido en la rueda trasera derecha, más bien de tipo metálico, preocupa un poco. Será una piedra por fortuna, pues al realizar comprobaciones, un tornillo de dudosa procedencia por las características, esta incrustado en la rueda, parece algo doloso que alguien ha dejado a posta por la carretera. Obviamente al sacarlo, la rueda está pinchada. No es nada grave, tiene solución, pero cambiar una rueda de una furgoneta tan pesada, en un punto remoto de la isla de Mull, supone un tiempo largo para reparar, no es lo mismo que un coche.

Este suceso no empaña el día en general, las montañas, el mar, las islas, las cascadas… todo el panorama supera cualquier expectativa, pero es cierto que resta tiempo y estresa. Pero bueno, los imprevistos y problemas hay que tratarlos debido a que forman parte de los viajes. La idea de ir hasta Fionnphort para ver un poco el ambiente y regresar a última hora de la tarde para embarcar en el ferry, hay que descartarla por falta de tiempo.

Así que de nuevo emprendemos la marcha hasta Craignure, a ver si tenemos la misma suerte que el día anterior y podemos adelantar la hora de travesía en barco y ganar algo de tiempo, que nunca está de más. Como hay vehículos grandes que no caben una vez han embarcado los que tiene el billete a la hora de salida, avanzamos posiciones y para adentro. El trayecto es de nuevo sublime, que decir de la llegada a Oban, una maravilla natural.

Una vez en tierra firme, fuera de cualquier archipiélago, iniciamos la conducción hasta el castillo de Kilchurn, descuidado y en ruinas aunque en una posición estupenda en las orillas del lago Awe. Castillo de otro clan de Escocia, como no podía ser de otra manera, el clan Campbell. Muy fotogénico y hasta romántico, las montañas que envuelven el castillo y las aguas del lago crean una bonita estampa.

Al castillo es posible acceder solamente a la base, está vallado por riesgo de desprendimientos. Hay un aparcamiento y un camino muy fácil, el niño de nuevo con la bicicleta por estas tierras de Escocia.

Con un poco de suerte, como es el caso, disfrutamos de algunas ovejas y vacas de las highlands pastando por los aledaños. Precioso.

La otra posibilidad para disponer de la mejor postal, es desde la carretera que dirige a Inveraray, un mirador e incluso un paso para acercarse hasta el lago a disposición. Muy bonito. En cierta manera estamos poco a poco abandonando las tierras altas de Escocia.

La tarde está bien encapotada y buscamos un camping para dormir y para efectuar las tareas propias de viajar en furgoneta. Finalizamos en la tradicional población de Inveraray. El sitio de pernocta es muy funcional y ejemplar, Argyll Caravana Park, un poco caro pero tiene unas instalaciones perfectas más una ubicación idónea.

Inveraray es el antiguo hogar del duque de Argyll, que residía en el soberbio castillo de Inveraray. Las construcciones blancas típicas del pueblo y a orillas del lago Fyne, junto a la cárcel, convertida en museo, son los elementos más llamativos de este encantador pueblo.

Este día de viaje, la reina de Inglaterra, Isabel II, ha fallecido, D.E.P. 08/09/22.