SAMANÁ

Cuando una persona viaja a Punta Cana, una de las posibles excursiones con buena reputación y de un día completo es visitar la provincia de Samaná. Este agradable lugar está situado en el noreste de la isla y con el mar Atlántico de fondo.

La principal oferta de Samaná obedece a sus increíbles playas, aunque como gran atractivo, ofrece la conocida como cascada del Limón y la isla de cayo Levantado.

No estamos hablando de una simple excursión, será recordada como una de las mejores experiencias viajeras sin ningún ápice de dudas. También hay que añadir que la escapada no resulta barata, hace ya casi diez años el precio de la excursión con nuestro mayorista alcanzaba los 270 dólares por persona. La excursión ofrece contacto con la naturaleza y gente local en un paraje verdaderamente especial con traslados en avioneta, autocar abierto y lancha rápida.

Para ir a Samaná hay que viajar por aire y en este caso en avioneta. Una máquina de volar pequeña con capacidad para nueve personas y que en media hora cubre el trayecto tras surcar el cielo y ver paisajes estupendos como la zona de los Haitises.

Posteriormente en unas furgonetas abiertas pusimos rumbo de una zona mas rural y montañosa pudiendo apreciar los efectos de los devastadores huracanes que azotan esta geografía. Las casas tan poco resistentes de madera no pueden aguantar la dura realidad. Por toda esta parte de Samaná, pudimos observar escuelas y recintos de peleas de gallos, que aunque no lo parezca es el deporte casi nacional de la República Dominicana.

En definitiva, fue la parte más ilustrativa del día conociendo un poco la vida local por esta parte del mundo. Si vamos preparados, puede ser interesante llevar caramelos a los niños aunque tampoco demasiados por el tema del azúcar, la sensación de ver una sonrisa de los niños es gratificante. En todo caso siempre se pueden llevar objetos o ropa, quizás libretas, lapices u otros utensilios. Allí son felices con lo que tienen sin más, aquí vivimos en otra esfera que verdaderamente agota.

A modo de datos de interés, este país tiene una alta tasa de paro, superando por entonces el 70%. Es un país pobre porque no está desarrollado por culpa de los políticos. La mayoría de gente vive del cultivo y de hacer trueques. A pesar de todo es un país extremadamente rico en producción de alimentos y podrían abastecer al doble de población, lo que no tienen es dinero por culpa de sin vergüenzas.

CASCADA DEL LIMÓN

En una especie de rancho donde ofrecieron café caliente, cada persona se subía en una mula acompañado por un guía joven y empezaba el camino para llegar a la base de la cascada. Toda esta parte estaba ya mucho más verde y es conocido el alto nivel de pluviometría en diferencia a otros puntos de la isla.

Hasta la cascada hay casi una media hora atravesando ríos, charcos, pendientes, caminos en mayoría de suelo embarrado y muy complicado. La ayuda del guía es necesaria, incluso va explicando peculiaridades de Samaná y de su vida en particular si eres un poco hablador.

En un bonito mirador divisamos a lo lejos la gran cascada donde se grabó la escena del helicóptero de la película Jurrasic Park, concretamente al inicio de la misma. Observar las bonitas colas de caballo que hacía el agua por la montaña era imponente en un entorno húmedo.

Decidimos tomarnos un agradable baño bajo la lluvia mientras los guías nos guardaban la ropa. Que bonita experiencia, incluso algún local se tiraba al agua desde media cascada. El salto del limón lo forma el mismo río Limón.

De bajada hay como una especie de bar improvisado por si aprieta la sed y en el rancho pudimos degustar comida local muy rica como arroz, pollo rustido, habichuelas guisadas, pan y fruta de la isla fresca.

CAYO LEVANTADO

En nuestro autocar pusimos rumbo a la costa de Samaná, hacia la bahía, observando camiones llenos de gente incluso con niños recién salidos de la escuela con su traje azul. Curiosamente las señales de stop tiene la palabra alto.

Al llegar a la costa, numerosos niños nos dieron la bienvenida bailando bachata y merengue mientras aprovechábamos para tomar un poco de vitamina «R», un poquito de ron. En lanchas rápidas navegamos hasta la pequeña isla que estaba muy cerca.

La isla está plagada de cocoteros y de zonas de baño fantásticas. Aprovechamos para bañarnos y comprar artesanía local que obtuvimos a muy buenos precios. Compramos tres telas pintadas que posteriormente enmarcamos y quedan estupendamente de adorno en la pared de casa. Muy coloridas y pintorescas.

Esta isla es también conocida como isla bacardí porque se han rodado varios anuncios de esta bebida alcohólica en el hotel de la isla.

Samaná es otro destino importante a nivel de avistamientos de ballenas jorobadas en meses de primavera e invierno. Observar estos imponentes mamíferos tiene que ser otra experiencia bien interesante.

Y así finalizó nuestro día y nuestra excursión. Antes de anochecer, nos fuimos en la misma avioneta contentos y cansados de todo el día. El guía compró una gallina recién muerta y se la llevo a casa para comer. Así es la vida en la República Dominicana.

Minutos dominicanos, son calmados y relajados con vitamina «R». Disfruten de esta excursión y de Samaná.