COMUNIDAD VALENCIANA

Un poco de turismo nacional siempre es interesante, no todo van a ser visitas al extranjero. En este caso una escapada de varias jornadas intensas por las provincias de Castellón y Valencia para conocer algún que otro pueblo y dar una vuelta por el centro de Valencia para así contemplar las fallas. Disfrutar de los placeres de la gastronomía de esta tierra también es un buen plan, así que tomad buena nota. 1.000 kilómetros por las tierras de la Comunidad Valenciana.


Día 1 

Peñíscola

La primera parada y alto en el camino para pernoctar, es en la agradable población de Peñíscola, comarca del Bajo Maestrazgo. Ubicada en la costa de Castellón y que forma parte de la red de pueblos más bonitos de España. Aún es temporada baja y muchos comercios están cerrados, dejando tanto el recinto amurallado como el centro principal bastante desangelado. Únicamente los turistas y viajeros que llegan con cuentagotas, animan un poco el panorama. En verano obviamente todo cambia al abrigo del sol y de la playa.

En general es imprescindible recorrer todo el interior de las murallas, donde destaca el castillo de Papa Luna, la casa de las conchas y el bufador, una brecha en una roca por donde respira el mar generando ruido. Aunque un paseo sin sentido es la mejor de las opciones para encontrar ese rincón que fotografiar o simplemente admirar el extenso mar abierto desde cualquier mirador.

Ligada también al cine, la población ha sido escenario de rodajes de distintas producciones y hay carteles informativos por muchos sitios.


Día 2 

Villafamés

Siguiendo por la provincia de Castellón, buscamos un poco el interior para alcanzar un pueblo que ostenta también el emblema de los pueblos más bonitos del territorio nacional. Encaramado en una posición elevada sobre un cerro y con un castillo, ofrece unas vistas soberbias de todo el alrededor. Estamos en la comarca de la Plana Alta.

Calles estrechas y tranquilas son la seña de identidad de este pequeño pueblo. Hay que destacar al ascender por la calle principal la llamada «Roca Grossa«, una enorme mole de piedra prácticamente suspendida en la pared.

Es una cuestión de ejercicio físico subir al castillo, pero ciertamente es más que necesario para contemplar todo el escenario de Villafamés. Hay algún que otro restaurante y muy poca actividad, también es verdad que es entre semana y la gente normalmente está trabajando.

Onda

Antes de pasar por esta ciudad de Castellón, pasamos brevemente por la capital, Castellón de la Plana, para hacer unas gestiones. Rápidamente rumbo a Onda para comer y dar una vuelta por el casco antiguo que está situado debajo del castillo de Onda. En este caso esta ciudad pertenece a la comarca de la Plana Baja.

Degustamos un buen arroz al lado del ayuntamiento y paseamos tranquilamente para admirar los lugares más emblemáticos y típicos del centro. Interesante.

Segorbe

Una tranquila carretera, prácticamente solitaria y pasando por pequeñas poblaciones, dirige hasta la notable población de Segorbe, comarca del Alto Palancia. Todavía en la provincia de Castellón, esta población contiene un importante patrimonio arquitectónico concentrado en el casco antiguo y declarado bien de interés cultural.

Numerosas iglesias, conjunto de murallas y acueducto, un castillo, edificios civiles y hasta una fuente con cincuenta caños con los escudos de cada provincia de España. Estos son algunos de los atractivos de Segorbe y hay que sumar la oferta de gastronomía y las fiestas locales de entrada de caballos y toros de interés turístico nacional. Interesante lugar a casi medio camino de las provincias españolas de Valencia y Teruel.

Valencia

Con todo esto, aún hay tiempo de ir bajando dirección al mar hasta la provincia de Valencia y entrar de pleno en la capital, Valencia. El hotel estaba a cerca de veinte minutos caminando del barrio de Ruzafa, en la avenida Ausias March.

Hace un tiempo, unos siete u ocho años atrás, ya tuve la oportunidad de estar en las fallas con amigos y el plan obviamente era diferente. Así que más o menos conocía un poco todo el tinglado local y las más que consabidas aglomeraciones.

En el barrio de Ruzafa, verdaderamente de moda, están situadas las fallas típicas y famosas de la calle Cuba y Sueca, por ejemplo. Todo este lugar está excelentemente iluminado de manera muy fotogénica y con un ambiente totalmente festivo. Paradas de comida, bebida y terrazas repletas para disfrutar de la fiesta local están a la orden del día. Es decir, el comer y el beber es una tradición.

Horchata, agua de valencia, buñuelos de calabaza… comida y bebida para parar un tren. Una mezcla de gente entre valencianos, nacionales y extranjeros que deciden abarrotar Valencia en unas jornadas conocidas en todo el mundo prácticamente. Una vez en la vida hay que vivir las fallas.


Día 3

Valencia

Durante toda la matinal y hasta la hora de «la mascletá», recorremos todo el casco viejo de la ciudad del Turia, Valencia. De alguna manera el barrio del Carmen aglutina la parte más histórica y es un verdadero placer caminar por las plazas, estrechas calles y edificios civiles más importantes. Sin olvidar tampoco la plaza de toros, donde en las fallas hay corridas especiales con carteles de renombre.

Además, toda la ciudad está ataviada por y para las fiestas, el bullicio y ambiente es más que espectacular. Por prácticamente cualquier calle hay fallas y tanto niños como adultos disfrutan tirando petardos. Pólvora.

En este caso una pasada por el colorido mercado central, el palacio de la Generalitat o la misma lonja de la seda, no deben faltar en una jornada por la capital de provincia. Perderse por cualquier rincón o calle de este bonito casco antiguo es más que altamente recomendable con algún producto local en las manos.

En fallas todos los días y exactamente a las 14:00 horas, tiene en la plaza del Ayuntamiento la gran mascletada o fiesta de los petardos, para entendernos. Es simplemente espectacular y ensordecedor el ruido, retumba el suelo, los cristales de comercios vibran y el cielo literalmente es conquistado por el humo. Evidentemente para estar en primera fila hay que hacer cola pero el tinglado merece la pena. Los más afortunados siempre disponen de un balcón de cualquier edificio cercano para contemplar la fiesta.

Mascarell y Villareal

Después de esta obra de los artificieros, la marabunta de gente empieza a abandonar la zona y buscar un sitio para comer. En este caso proseguimos con la marcha ahora si para retroceder camino con el vehículo que teníamos estacionado en un aparcamiento público. Es casi misión imposible aparcar en la vía pública en estas fechas.

Entramos de nuevo en la comarca de la Plana Baja y más concretamente dentro del término municipal de Nules, ya de nuevo en la provincia de Castellón. Aquí existe una pequeña vila a modo de pedanía totalmente amurallada y siendo la única de toda la autonomía que ostenta este privilegio. Mascarell es tan pequeña como poco relevante para el turismo por no disponer de prácticamente nada de interés a excepción de la citada muralla.

Seguimos hasta Villareal para comer tranquilamente en un sitio de comida rápida, realizar algunas compras en un comercio gigante de chinos y hacer una pequeña revisión al vehículo. Esta ciudad no tiene demasiado interés más, excepto que milita el equipo de la ciudad en la primera división del fútbol español.

Ares del Maestre

La noche la pasaremos en el interior de Castellón, en la población a más de 1.100 metros de altitud de Ares del Maestre. Una carretera solitaria y rápida conduce directamente a este lugar que domina una montaña en un lugar muy bonito y con cierto frío al anochecer. Es un mirador, un precioso balcón y bien enfocada al turismo con una roca dominando el pueblo, la «Mola«. Estamos en la comarca del Alto Maestrazgo.

Hay un hotel que dispone de prácticamente todo el monopolio de alojamiento, restauración y casi cualquier servicio. Está bastante bien aunque siempre hay cosas por mejorar, pero la comida está deliciosa a pesar de no estar muy puestos al día de las intolerancias alimentarias, a pesar que indican el conocimiento de las mismas.

En la sexta etapa de este año, la vuelta ciclista a España, finaliza en este pueblo y tendrá un final en el puerto que corona esta bonita zona de pequeñas montañas.


Día 4

Morella

Toda la comarca en general tiene una gran repercusión turística con pequeños pueblos, buena gastronomía y actividades deportivas. Estamos en los Puertos.

En este caso Morella está situada de alguna forma en un posición estratégica en los límites de Cataluña, Aragón y el mismo País Valenciano. Así que debida a esta ubicación más la belleza del pueblo, es una obligación el paso por aquí en cualquier visita a estas tierras en seguramente el pueblo más bonito de la provincia de Castellón.

También forma parte del conjunto de pueblos más bonitos de España por numerosas alternativas. La muralla y el castillo son seguramente el símbolo más importante. Pero aún hay mucho más por conocer. Toda la comarca fue hábitat de especies tales como los dinosaurios, así que en el interior hay un museo dedicado a estos grandes especímenes.

La calle Blascó de Alagó es la principal y es donde están todos los comercios más importantes como bares, restauración o alimentación, en una calle con bonitos soportales y porches. Por todos lugares es visible la oferta de gastronomía local destacando por ejemplo la cecina, la trufa, la miel, el queso o el flaón, un típico dulce.

Al final de la calle existe la opción o alternativa de ascender al castillo para dominar el pueblo o llegar a un bonito mirador en el extremo contrario de la entrada principal que es la puerta de San Miguel.


Información! Un poco más al norte de Morella, perteneciente a Aragón y concretamente a Teruel, está la zona geográfica del Matarraña. Un bonito territorio con poblaciones pequeñas, excelente gastronomía y también buen vino. La capital es Valderrobres y destacan también Calaceite, Beceite, Ráfales y Valjunquera entre otras tantas más.

Delta del Ebro

La idea es ir entrando poco a poco en Cataluña y emprender el camino de vuelta a casa. Optamos por acceder en poblaciones tales como San Carlos de la Rápita o Deltebre para buscar un sitio para comer en algún lugar de interés. Estamos en las influencias del Parque Natural del Delta del Ebro pero no hay nada que convenza demasiado.

Incluso llegamos hasta la desembocadura del río donde si que hay algo más de ambiente y algún que otro restaurante. Está claro que en una futura visita hay que estudiar un poco el terreno antes de afrontarlo con garantías turísticas.

Roc de San Gaietá

Debida a esta situación, decidimos ir a un punto fijo que no defrauda. Perteneciente al término municipal de Roda de Bará, hay un lugar llamado el Roc de San Gaietá o San Cayetano. De alguna manera es un conjunto arquitectónico de diferentes estilos y típico de pescadores. Aquí hay instalados comercios y restaurantes con excelentes vistas al mar en un entorno para dar un agradable paseo por el camino de ronda o por el interior de las construcciones.

En verano también hay espacio para bañarse dado que hay como dos pequeñas calas. Así que en alguna mañana o tarde de aburrimiento, o simplemente al estar de paso por esta zona de la provincia de Tarragona, merece la pena una breve escapada.

Sin más rodeos, después de acabar la escapada con una buena paella, directos a casa por la costa pasando de largo por todas las poblaciones más típicas como son Sitges o Castelldefels entre tantas otras más.