DESDE BANJUL A WASSU

Un viaje a Gambia es cien por cien cultural. No hay un excelso patrimonio y encima es un país de tamaño reducido. El objetivo principal es conocer una ínfima parte del África negra y básicamente seguir aprendiendo viajando. A la hora de planificar el viaje, es suficiente con una semana o algún día más para tener una buena idea de la forma de vida en la costa sonriente de África. En caso de no desplazarse al este del país, en menos de una semana es posible finiquitar la escapada realizando alguna que otra escapada por las inmediaciones de Banjul.

En nuestro trayecto, quedaba definida una incursión a los círculos megalíticos de Wassu, a la población de Janjanbureh y al parque nacional de Kiang West de manera obligatoria. Es aquí cuando empiezan los problemas y quebraderos de cabeza para cubrir el itinerario y desviarse a una zona totalmente remota de Gambia como es el interior del país. Estos espacios quedan a cerca de cuatro horas de trayecto y más o menos a 250 kilómetros, que a fin de cuentas, es mas de media jornada de tiempo. El transporte público es inexistente y mucho más para recorrer tanta distancia.

Pues bien, aquí el conductor del viaje, indica que es necesario viajar con un vehículo tipo todo terreno con conductor por el estado de muchas vías principales y secundarias. Omar no dispone de vehículo de estas características y por tanto tiene que gestionarlo. Ya desde España sabía que era preceptivo viajar al este del país, pero aún así, está gente vive al ritmo de África donde el estrés no existe y los objetivos son día a día, así que estuvimos un par de días negociando la excursión de dos noches al este de Gambia y es complicado por muchos motivos. Finalmente, el presupuesto de coche 4*4 con todo incluido a modo de gasolina con conductor y guía, alojamiento y dietas de estas dos personas, es de 28.000 dalasis a dividir entre tres participantes. Aún así, siempre van a intentar colarte algún extra que pueda ocurrir como es el caso de subir el vehículo a barcos o cualquier otra tontería por barata que sea.

La sorpresa mayúscula es a la hora de partir, noto que la circulación es hacia el oeste y en teoría vamos al este y siempre por debajo del río Gambia tal como había mirado en los mapas. Resulta que la idea del guía es hacer el recorrido por el norte del río Gambia embarcando el vehículo en el ferri de Banjul a Barra. Segunda experiencia en el famoso ferri, está vez todavía más divertida por el volumen de pasajeros y vehículos, es algo indescriptible. La ruta es más rápida y corta, es así, pero obviamente hay un fallo clamoroso de organización porque estamos haciendo el mismo camino que el día anterior camino de la isla de Kunta Kinteh… Así que después de una conversación con Omar, supuestamente hay un error grave por la barrera idiomática, pues no queda más remedio que olvidar el tema y seguir. Hemos perdido un día de viaje y algo de dinero debido a que la lógica indica que camino de Wassu es ideal parar en la isla de Kunta Kinteh y seguir hacia el este del país en caso de querer contemplar estas visitas en el currículum viajero. Así que este es un consejo muy relevante. A tener muy en cuenta para gastar menos dinero e invertir el tiempo de manera efectiva.

Entre una cosa y otra, retrasos en el ferri por reparaciones del barco, congestiones en las entradas a las ciudades, controles policiales y paradas técnicas para comer, llegamos a los malditos círculos al anochecer. Es hora de buscar alojamiento y aplazar las visitas para el día siguiente y siempre a la aventura, como van a tener esta gente algo planificado por si ocurre algún imprevisto como es el caso. Dormimos en Lamin Koto, en un lugar aceptable en la típica casa tradicional de Gambia del interior del país a orillas del mismo río. Un sitio donde la luz funciona con generador y a las dos de la mañana deja de funcionar y el calor es asfixiante pero bueno, es lo que hay, no estamos en Europa. Janjanbureh queda a la vista, está en frente.

WASSU

Una de las excursiones más ofertadas en estos niveles del centro del río Gambia, es una navegación en barca con duración de más o menos tres horas o quizás más, para observar a los hipopótamos en el río en plena naturaleza y chimpancés en una isla relativamente cercana, Baboom island. Esta idea no tiene demasiada influencia en los miembros de la expedición, aunque a mi me parece totalmente interesante, pero al final son decisiones compartidas y hay que proseguir la marcha a los círculos de Wassu. Quién sabe en la próxima ocasión, pero un plan estupendo es hospedarse un par de días por estas latitudes en un bueno alojamiento y disfrutar de la magia que envuelve el lugar con los animales y la esclavitud. Además, tampoco teníamos prisa y días de sobras para ir con calma después de pegarse una paliza en vehículo.

Retrocedemos un poco hacia Wassu y entramos al recinto de los círculos megalíticos, ubicados en la parte central del río Gambia y en la pequeña población de Wassu. Declarados patrimonio de la humanidad, estamos ante un lugar con fines funerarios con una antigüedad de más de 1.000 años. El entorno es realmente importante en patrimonio, quizás el único en el país y muy poco frecuentado por turistas. Un sitio de profundo respeto.

Hay una gran concentración de círculos formados por piedras, un numero de entre 10 y 20 piedras con un grosor de 4 a 6 metros de diámetro, componen un circulo. Hay un conjunto especial, que tiene cabida en el  reverso del billete de 50 dalasis del país y es un verdadero espectáculo.

Hay diversos guías que explican la historia del lugar y un pequeño museo. El precio de la entrada es una incógnita absoluta, indicaran que por hacer fotografías hay que pagar más, que el museo tiene otra entrada y en definitiva un verdadero cachondeo. El guía merece una pequeña propina por la explicación y es un personaje que tiene contactos en la región, un tal Essa.

La gran pregunta es la siguiente, ¿es necesario desplazarse al este de Gambia para ver piedras, animales y pueblos basados en los esclavos?, una afirmación rotunda.

Hay mucho más espacios monolíticos por todo Gambia, aunque el más importante obviamente está en Wassu y es una parada excepcional.


Alerta! Las tarjetas de crédito y otras parecen un misterio en Gambia. Encima no puedo retirar dinero en efectivo desde un cajero por motivos técnicos con el banco, ya cancelado el contrato de la tarjeta por las molestias. Una buena manera de recibir dinero, la gran salvación, es a través de envío de dinero en plataformas como Western Union, Ria o MoneyGram. Es sencillo, con comisiones aceptables y hay que buscar la que mejor cambio dispone porque hay mucha diferencia. En un remoto locutorio de Wassu, algo increíble, recibí cerca de 150 €. Un gran sistema que he aprendido.

JANJANBUREH

Siguiente parada, Janjanbureh o Georgetown, una isla en realidad, la isla de MacCarthy o Lemain, a gusto del cliente. En el pasado fue un gran punto para el tráfico de esclavos y un destino turístico para los pocos que aventuran llegar hasta aquí. Hay que cruzar el río en un ferri o en una barca para conocer la ciudad o seguir con el recorrido ya por la parte sur del río Gambia en caso de venir desde Wassu. Veníamos por el norte del río Gambia y marchábamos por el sur del flamante río Gambia.

La historia de los esclavos es importante y respetable, pero es cierto que ya teníamos nuestra dosis en vena de días anteriores en la isla de Kunta Kinteh. Así que a pesar de la relevancia de la ciudad con los esclavos, dedicamos la visita a callejear, visitar el simple mercado y hacer alguna que otra fotografía admirando simplemente a la gente en el día a día, que ya es más que una justificación del viaje. Siempre aparece algún oportunista para realizar tareas de guía y con una breve propina es más que suficiente si estamos interesados en obtener información más o menos fidedigna.

Otro punto básico de la visita a este destino es el árbol de la libertad, el «freedom tree monument». Aquí reza de nuevo la leyenda, que los ingleses invitaban a los esclavos al salir de la prisión a tocar el árbol antes de llegar al embarcado donde obtendrían la preciada liberación antes de embarcar a tierras de América. En realidad era un engaño debido a que acabarían siendo asesinados a balazos debido a que eran considerados entonces rebeldes. Demostraban quien tenía el poder y que sucedería a los sublevados. Algo un poco lamentable pero así era la época.

El calor aprieta, medias de 35º durante todo el viaje. Queda ir regresando de nuevo hacia la capital del país, aunque antes hay una parada en un interesante campamento en la zona de Tendaba para pasar la noche. Es el Tendaba Camp, instalado muy cerca del parque nacional de Kiang West y ubicado a más de dos horas en coche. Un muy buen alojamiento en típicas casas de forma cilíndrica con buena comida, desayuno y actividades para todos los clientes. Muy acerada la decisión y un precio correcto.

Al lado del campamento hay una especie de campo de futbol de tierra y arena, delimitado normalmente por neumáticos donde los más jóvenes estaban jugando un partido. Es altamente entretenido y curioso como juegan descalzos o con calcetines. Algunos incluso ya disponen de una buena equipación y hasta botas deportivas con tacos. Camino de Wassu, contemplamos brevemente un partido oficial con árbitro y auxiliares hasta con uniforme reglamentario. El partido acabo en penaltis y el ambiente fue simplemente único. La fiesta de los ganadores increíble con bailes, lanzamiento de arena al aire y derrapes con motos entre algunas historias más. El vernos quedaron algo asombrados, tres blancos en medio de la nada pero como que rápidamente aceptados sin problema.