DUBLÍN


O’Connell street, the Spire, oficina general de Correos, Custom house, Famine memorial, Trinity College, Molly Malone,  Temple Bar, Christ church, catedral de San Patricio, castillo de Dublín, Henrietta street y Henry Street.  


O’CONNELL STREET

La tradición por las mañanas es desayunar en Starbucks, hay muchos por toda la ciudad y desde la visita a Nueva York, forma parte de nuestras paradas para cargar pilas. Los precios son algo elevados, y mucho más en Dublín, ahora bien, los locales son acogedores y los productos están ricos.

El punto de encuentro para hacer el respectivo y habitual free tour, algo fundamental en cada viaje, es en una de las vías principales de la capital, en este caso O’Connell street. Más en concreto en el mismo The Spire, una escultura gigante y la más elevada del mundo con 121 metros de alto y en forma de aguja. Es el conocido como monumento a la luz, aunque a fin de cuentas es básicamente un punto de reunión y es muy orientativo para ubicarse inmediatamente por el centro.

Reservamos el guía con la compañía Civitatis, aunque casi siempre es un intermediario y el recorrido es a cargo de la empresa Umbrella tours, donde el orador en este caso porta un paraguas de color amarillo. El itinerario es bueno y las explicaciones muy correctas, es interesante aprender sobre la historia y actualidad de Dublín. Además, estamos delante de una de las ciudades más prosperas del mundo a nivel económico y un país en continuo desarrollo. Finalmente aportamos 10 € a la causa, aunque debo decir que tampoco fue algo extraordinario, hemos realizado mejores tours y es tener suerte respecto al guía.

Esta calle es extremadamente importante a nivel histórico, sucedieron acontecimientos históricos. Hay un edificio de estilo georgiano como es la oficina general de correos, que es de relevancia vital y un símbolo debido a que en el año 1916, fue proclamada la República de Irlanda. Por otra parte, uno de los personajes más importantes de la política del país, el muchas veces referido cómo liberador o emancipador, Daniel O’Connell, tiene una estatua en la gran avenida y en el mismo cruce con el río.

Era un tipo conocido como pacifista, supuestamente innovador con las resistencias y desobediencias pasivas ante la policía, sin usar la violencia. La estatua está plagada de palomas, y es curioso como siempre personajes ilustres, por todas las ciudades, están cagados por la cabeza. Pasa en las mejores familias.

Desde el puente sobre el río Liffey, el puente O’Connell, divisamos el mismo Ha’Penny bridge y hasta el bar que existe en la planta superior de la fábrica de cerveza de la empresa Guinness, el Gravity bar. Por la otra parte admiramos la Custom House, un edificio soberbio, a veces reflejado en las aguas del río y que era la casa de recaudaciones, la aduana. Muy cerca hay un pequeño monumento, el Famine Memorial, en recuerdo de las víctimas y personas migrantes de acuerdo a la gran hambruna que azotó la ciudad por el periodo del 1845 al 1849. Toda esta parte pegada al río es muy entretenida para pasear.

TRINITY COLLEGE

Nunca he visto una ciudad con tantos autobuses como Dublín, es asombroso, o por lo menos no recuerdo algo tan complejo. Son de dos plantas y de color amarillo normalmente.

Dublín fue fundada por los vikingos sobre el año 988, aunque parece ser que eran personajes comerciantes, aventureros y exploradores quienes conquistaron estas tierras. De todas formas, la ciudad tiene presencia de vikingos desde el año 841. Casualmente, estos personajes no eran como en las series de televisión actuales donde asesinan, torturan y fornican a mansalva, eran más bien gente de negocios. Incluso debido a restos analizados, hay evidencias que indican que la altura media de estos exploradores era de 1,40 metros, algo curioso. Obviamente con esa altura era mejor utilizar la táctica de la palabra en vez de la fuerza.

Inmediatamente estamos delante de la entrada principal de la universidad del Trinity College, toda una institución en Irlanda y la más antigua. Por toda la ciudad hay merchandising acerca, sobretodo en camisetas y sudaderas a precio de oro. Encima del acceso, está la oficina del rector de la universidad, el tipo además tiene el privilegio de ser miembro del senado y tiene como domicilio la mansión que hay anexa, no está nada mal el trabajo.

Al día siguiente pasearemos por el campus y mediante un pequeño truco, entraremos a la biblioteca de la universidad gratis, los precios para tener derecho al acceso son un verdadero atraco y sinceramente paso de pagar tanto dinero. Estamos ante una gran atracción turística debido a que es una biblioteca nacional con ejemplares históricos y donde hay copias de todos los libros publicados en Irlanda y Gran Bretaña.


Alerta! Hay un par de anécdotas referidas a la universidad, en el campus hay un arco del triunfo, y ningún alumno cruza por debajo por miedo a padecer una maldición y no titularse en caso de que suene la campana al atravesarlo. Al final de la carrera, es la fotografía habitual debajo del arco con la indumentaria de la ceremonia. Por otra parte, si hay algún iluminado que escala el arco y toca la campana, dice la tradición que quitará el puesto al rector. Este para defenderse, tiene un arco con flechas para disparar. El guía comenta que en el despacho hay un arco y flechas.

La estatua de Molly Malone, en Suffolk street, es un icono de Dublín. La mujer tenía una doble vida, pescadera durante el día y prostituta por la noche, muy satisfaciente en cualquier materia. Tampoco hay una ciencia cierta sobre la verdadera existencia del personaje, pero en todo caso paseaba con un carro por la ciudad ofreciendo todo tipo de comida, en este caso pescado, valga para todos los sentidos. En aquella época es cierto que había una buena oferta del oficio más antiguo del mundo, y de ahí la posible leyenda, siempre a gusto del creador.

Los bustos de la estatua de la mujer están algo desgastados, hasta sobados. Indica la leyenda, que al tocar el pecho izquierdo regresaremos a la ciudad. Hay un himno no oficial, una canción, cantada en los pubs con normalidad, llamado Molly Malone o «Cockles and Mussels» que suena con frecuencia a diario. Así son los irlandeses, aunque para cantar es probable que haga falta ingerir una gran cantidad de pintas. El número total de pintas consumidas al cabo del día en la ciudad es algo descomunal.

TEMPLE BAR

Por Dublín hay cerca de 900 pubs, no es broma, hay uno en cada esquina. Así que no es fácil elegir cuál es nuestro preferido, hay que tirar de recomendaciones. Muy cerca de Temple Bar, hay una calle muy famosa y concurrida por la noche con algunos pubs bastante conocidos, es la calle Dame Lane, al lado de la estatua de la pescadera. Por la noche intenté acceder al mas recomendado para tomarme un café irlandés y el tipo de la puerta me impidió la entrada y por no discutir simplemente marché del lugar. Hacia años que me rechazaban la entrada en un local, época de cadetes. The Stags Head no me volverá a ver en la vida.

Pero aquí no acaba la broma, después de este fracaso, al tener ganas de andar y como las distancias son tan cortas, me propongo ir al pub más antiguo de Dublín, The Brazen Head, que está muy cerca del puente Father Mathew bridge. Pues el tipo también me deniega la entrada indicando que cierran justo a la hora de llegada y me mira de arriba a abajo con cara de pocos amigos. Un poco de bronca se llevó porque estaban sirviendo aún a la gente. Menudos sin vergüenzas. Por suerte, ya la última opción porque necesito un cacharro con tanta andadura, es el pub que hay debajo del hotel, Darkey Kelly’s. Finalmente, previa muestra del certificado covid y alguna pregunta sin sentido, me permite la entrada el de seguridad. El café irlandés tiene el módico precio de 9,75 €, para flipar.

Hay que adentrarse en el distrito de Temple Bar para realizar una merecida parada y tomar algo caliente. El barrio además de disponer de pubs, es popular y admirado como un distrito cultural con buena oferta de ocio, muy cultural. Hay teatros y exposiciones, no sólo comida y bebida. El ambiente es muy divertido a cualquier hora del día. La palabra PUB proviene de “casa pública” (public house), punto de encuentro y de reunion, que mejor manera de acompañar con buena cerveza.

Hay que indicar que el barrio estuvo a punto de ser derruido totalmente por el ayuntamiento para hacer unas cocheras, ideas de bombero de políticos. El mismo grupo irlandés U2, originario de Dublín, tocó la canción Beautiful Day en la azotea del hotel The Clarence, el 27 de setiembre del año 2000.

En Essex street con Cow’s Lane, hay una especie de mural vikingo, hay que recordar de nuevo que la ciudad fue fundada por vikingos. En la pared, hay un barco vikingo con fechas destacadas de acuerdo a la historia de Dublín ligada a tales exploradores, son perceptibles las fechas 841, 988 y 1171 como las más señaladas. No es nada deslumbrante, pero es por lo menos curioso de ver debido a que los vikingos tuvieron influencia en la ciudad durante un largo período de tiempo.

CHRIST CHURCH, ST PATRICK’S CATHEDRAL Y CASTILLO DE DUBLÍN

A partir de aquí empieza la parte más monumental del día, también hasta la más patrimonial. La catedral de la Santísima Trinidad es imponente a la vez que austera. Es de tipo protestante y es conocida como Christ Church. En el interior hay un museo de exposiciones vikingas llamado Dublinia y apto para los más pequeños de la familia. Desde el exterior es posible ver una especie de puente que comunica las bastas partes de la catedral y está elevado sobre una vía de vehículos. El conjunto exterior es de unas dimensiones extraordinarias aunque este tipo de iglesias son simples y grises, por lo menos en el exterior.

La mayor iglesia de Irlanda y erigida según el patrón del país, San Patricio. Estamos ante la catedral de San Patricio. Magnifica construcción, sin dudas, además está ubicada en un placentero parque y es un lugar plagado de energía y repleto de familias. La entrada es de pago, la iglesia protestante o anglicana en Irlanda es muy escasa y para mantener tales colosos de piedra es necesario cobrar entrada. Tan solo un 5 % de la población práctica este tipo de religión en la actualidad.

Un dato teórico y muy sorprendente, es que la novela de Drácula, obra del escritor irlandés Bram Stoker, parece ser que fue redactada en la biblioteca anexa a la catedral de San Patricio, la librería de Marsh, la más antigua de la ciudad. Era un lugar muy frecuentado por el autor y donde recogía información sobre Transilvania, porque el hombre nunca estuvo en Rumania.

A punto de finalizar la intensa matinal, seguimos callejeando hasta llegar a los dominios del polémico castillo de Dublín. Estamos en el corazón de la ciudad y en una fortaleza que de alguna manera es odiada por los habitantes de la ciudad, era la sede central del poder durante la ocupación del gobierno Británico y por tanto un lugar aún que invoca recelo. La gran torre medieval es quizás el lugar más original y en efecto el único autentico conservado desde los inicios. El mercado tradicional de navidad, muy pobre por cierto, estaba instalado en el recinto interior del castillo y sencillamente destacaba un pequeño carrusel. En plenas fechas de navidad, es la ciudad menos decorada y más aburrida del mundo, una completa decepción.

Al lado del museo Chester Beatty, en una antigua laguna, es donde la ciudad fue fundada por los vikingos, en este caso llamada como Dubh Linn, que significa «estanque negro». Desde aquí encontramos las mejores vistas del castillo. Al salir a la calle principal, por Dame street, aparece el antiguo ayuntamiento de la ciudad, muy vistoso.


Por la tarde cruzamos el río Liffey de nuevo para llegar hasta algunos puntos que merecen la pena conocer de los distritos impares. Además es más de lo mismo, es muy acogedor pasear por Dublín, tiene todos los ingredientes para pasar unos días estupendos visitando también centros comerciales. Primeramente visitamos Henrietta street, a fin de cuentas, la primera calle de casas georgianas de la ciudad. No soy experto en arquitectura, pero las casas son de bloques de obra vista y con escaleras para acceder a la puerta, algo que es bastante simple. Normalmente las puertas están pintadas de colores vivos tales como rojo, verde, azul y amarillo.

Henry Street es otra calle comercial de Dublín donde apagar la sed de compras, es perpendicular a la gran O’Connell street. Así que, compramos en una conocida firma de joyas un abalorio para una pulsera en forma de amuleto de la fortuna, una herradura y un trébol en conjunto.